Hablemos de tu negocio.
Cuando era pequeña, unos dos años, según me cuenta mi madre, tiré un montón de ropa al suelo.
Mi madre me dijo: recógela.
No
Recógela.
No.
Recógela.
Me puse a saltar encima de la ropa.
Sé que me puedes imaginar, haciéndolo, jajaja.
Te digo que no acabó bien 😂
Mis hijos a veces hacen cosas así y un adulto no lo entiende, ¿por qué no dan su brazo a torcer? ¡Si van a salir perjudicados ellos! Está claro.
Bueno.
Resulta que los adultos seguimos comportándonos así con muchas cosas.
Orgullo lo llamamos.
Se te mete algo en la cabeza y ya está, no hay quien te haga dejar de saltar encima de la ropa aunque sepas que no va a acabar bien…Se te olvida razonar.
Con lo fácil que parece ser razonable (cuando no lo tienes que ser tú ; )
A mí me pasaba con mis mentoras. Me decían que hiciera tal y cual no quería. ¿Por qué? Porque yo sabía mas que ellas, y yo me conozco bien y eso no lo hago y es que…
Me ponía mi orgullo por montera.
Pero, ¿adivina quién tenía razón esas circunstancias?
Ellas, claro. La que sabe, sabe. Y las que sabían eran ellas.
Es como si llamo a un electricista y le digo lo que tiene que hacer cuando no lo sé.
Pues eso es lo que hacemos muchas veces.
Se llama orgullo.
Y tras varios batacazos aprendí que orgullo no es hacer lo que yo quiero cuando no sé qué hacer y no va a ser bueno para mí.
Orgullo es tener un negocio que funcione.
Orgullo es saber aprender e implementar. Saber aceptar consejos de quien sabe más que yo.
Y no empeñarme en algo como una niña pequeña. Seguir pisoteando la ropa...
Por eso, si quieres seguir emperrada en hacer las cosas a tu manera aunque no tengas resultados o no sepas que hacer, te entiendo. Yo era igual y todavía lucho con ello, esa niña rebelde sigue muy presente y he perdido tiempo y dinero por eso.
Pero aprendí hace tiempo que la adulta tiene que dirigir esa rebeldía para aprovecharla bien.
Si decides contratar a alguien, a quien sea, es importante que respetes su criterio y dirijas a la rebelde que hay en ti para que saque la rebeldía en otros ámbitos. Y para que tengas resultados.
Si me contratas a mí o te apuntas a mi curso voy a ser tu mentora y te voy a decir qué hacer.
Si te digo "recoge la ropa", vas a tener que recogerla y si te explota la cabeza porque quieres hacer lo que tú quieres pues no podemos trabajar juntas.
Quiero que tengas resultados y además esta en juego el prestigio de mi negocio. Mi negocio depende de los resultados de mis clientes y las rebeldes sin causa no obtienen resultados.
Hablo por propia experiencia, al principio, ya sabes, luego entré en razón jajaja. O más bien mi marido me dijo: ¿para qué vas a pagar ese dinero si luego haces lo que te da la gana? Haz lo que te dice que ella es la que sabe.
Le di la razón y todo cambió.
Puede que te haya parecido borde con este email pero me gusta ser clara, especialmente porque no soy barata y si trabajamos juntas quiero que tengas resultados y que te encante trabajar conmigo y me recomiendes mucho.
Entiendo que te pueda parecer mal pero así trabajo yo.
Si quieres que te ayude con tu negocio escríbeme y me cuentas, tengo un par de plazas disponibles. No soy barata.
Si quieres trabajar conmigo con un presupuesto más ajustado, mi programa de mentoría para emprendedoras es perfecto para ti.