El otro día estaba escuchando una meditación y salió un tema muy interesante.
Estaba yo ahí sentada después de hacer ejercicio, escuchando, respirado y esas cosas y el hombre de la meditación empezó con unas afirmaciones que tenías que repetir.
Y ahí empieza lo interesante, para ti también.
Va y dice: me doy permiso para mejorar.
Y se supone que lo tenía que repetir, pero mi mente dijo:
Más no, por favor, qué agotamiento con lo de mejorar, yo lo que necesito es darme permiso para DEJAR de mejorar, para estar como estoy, para simplemente ser.
Así que me doy permiso para no mejorar.
(Hago un inciso, eso es lo que me gusta de meditar, los pensamientos que aparecen cuando me doy ese tiempo. Y ojo, que no soy super constante, voy a rachas. A veces me aburro, como todo hijo de vecino jajaja).
Mira qué interesante, especialmente para las autoexigentes y perfeccionistas.
El mundo nos impulsa siempre a mejorar, a ser nuestra mejor versión, no pares nunca, siempre puedes llegar más alto.
Y es agotador.
Al menos a veces.
Cuando llevas toda vida con esa canción en la cabeza porque así te lo inculcaron o porque a ti misma te encanta puede, solo puede, que lo que necesites sea lo contrario.
Como me dijo mi propia cabeza.
Lo que necesito ahora es darme permiso para dejar de mejorar, simplemente ser.
Y esto es una clara indicación de lo que necesito ahora. Frenar, paz. Así que yo ese día me di permiso para no mejorar.
¿Qué permiso necesitas darte tú?
Quizá sí te sirva lo de mejorar porque llevas un tiempo estancada, en tus rutinas, sin invertir en ti y tus necesidades.
Eso solo lo sabes tú. Te propongo que lo pienses.
Yo me doy permiso para no mejorar, para vivir, aprender, conocerme más, pero sin mejorar, que estoy agotada ya de mejoras, jajaja.
No quiere decir que no vaya a hacer nada simplemente hacerlo sin un objetivo de mejora.
Es bueno conocerte y escuchar lo que necesitas y lo que no en cada etapa y en vez de pensar que no se te da bien meditar porque no haces caso a las afirmaciones, escuchar por qué no has hecho caso, qué hay ahí dentro en realidad.
Para conocerte bien a ti misma, tanto si quieres mejorar como si no, siempre te recomiendo mi programa Qué Hacer Cuando No Sabes Qué Hacer.
Aprenderás mucho sobre lo que quieres, luego si mejoras o no ya es cosa tuya. No tienes que hacer cambios ni salir de tu zona de confort si no quieres, no tienes que cambiar tu día a día.
O sí.
Si quieres, podrás hacerlo porque sabrás cómo con mi curso.
Pero si no quieres, podrás disfrutar aprendiendo más sobre ti, teniendo foco y claridad sobre lo que quieres y seguir con tus cosas, seguir tomándote el café a media mañana y yendo a por los niños o a trabajar pero con otra actitud, con más calma porque sabrás lo que quieres y quién eres.
Y esa claridad te da una serenidad que se transmite a todas las áreas de tu vida. Mas paz, alegría, ganas y paciencia.
Y sin la presión de mejora mejora mejora.
No hay presión.
Disfruta, aprende, cambia de perspectiva, ríete y sigue con tus cosas con esa nueva forma de pensar.
O cámbialas.
Tú eliges.
Un abrazo,