No sé si sabías que llevaba un tiempo con la voz regular. De hecho, si has escuchado mis audios últimamente, quizá lo notes.
Así de repente. De un día para otro.
Solo que en realidad no ha sido de repente. Hay un gran trasfondo detrás.
Hace un tiempo empecé a tener problemas con la voz y no sabía por qué, así que fui al otorrino, que me dijo que tenía las cuerdas vocales algo curvadas y me mandó al foniatra.
El foniatra me hizo mil preguntas, me explicó lo que había pasado y qué tenía que hacer y además como hacerlo. Y empecé a ir semanalmente para arreglar mi voz.
Después estuve trabajando con ejercicios mucho tiempo. Dos años llevo con esto.
Y “de repente” mi voz ha vuelto.
Esos son los "de repente" en la vida.
Primero averiguas cuál es el problema, luego qué hacer y cómo hacerlo y después la constancia de hacerlo.
Si no sabes lo que te pasa no puedes solucionarlo. Y no solo eso, sino por qué te pasa, qué hacer para solucionarlo y cómo hacerlo.
Y te pregunto, cómo reflexión de hoy, ¿en cuál de esos puntos estás tú?
¿Sabes qué te pasa, sabes qué tienes que hacer, sabes cómo hacerlo, lo estás haciendo?
Si quieres solucionar un problema, tienes que saber cuál es. Por qué estás estancada, por qué tu negocio no acaba de despegar.
Alguien te tiene que decir te pasa esto, es por esto y esto es lo que tienes que hacer y cómo hacerlo. Y lo haces.
Seguirlos ya depende de ti.