Hace tiempo me escribió una clienta antigua, de las primeras, para decirme que estaba feliz, que estaba trabajando en una empresa que le encantaba.
Que tenía el puesto que quería, con buen sueldo, dirigiendo a un equipo y que la habían elegido para ir a China a trabajar.
Estaba feliz.
Además en las reuniones con su jefe tomaba la palabra, daba su opinión, proponía...
Y tú dirás, pues claro, normal en una profesional de ese nivel.
Podemos retroceder un poquito.
Y hablar de cuando me contrató la primera vez porque le habían ofrecido un puesto muy bueno de profesora pero ella era infeliz porque no lo quería y se estaba dejando llevar por opiniones externas
Ya las conoces: "¡Pero cómo vas a renunciar a esa oportunidad!"
Cuando decidió lo que de verdad quería, consiguió el puesto en la empresa que te mencionaba antes y muy feliz.
Al poco volvió a contactar conmigo porque le pasaban dos cosas:
Esto tenía un gran impacto profesional para ella.
Su jefe le había dicho que tenía potencial pero que si no participaba en reuniones ni aportaba su opinión no podría aumentar sus responsabilidades ni aspirar a otros puestos.
Y ella quería eso.
Además, por no decir que no, no se atrevía ni a decir que no quería ir a un restaurante determinado a comer que le parecía muy grasiento, e iba casi todos los días.
Por no decir: este no me gusta, vamos a otro.
Estaba bloqueada, nerviosa, insegura.
Era un mezcla de Síndrome del impostor y, sobre todo, falta de asertividad.
Decir lo que piensas, atreverte a decir que no.
Así que trabajamos eso. El resultado lo tienes en el primer párrafo.
Todo eso puedes trabajarlo tú también en mi libro en PDF "Cómo Superar el Síndrome del Impostor. Estrategias para eliminar la inseguridad y conseguir el éxito profesional".
Incluye un capítulo extra de asertividad. Para que aprendas a dar tu opinión ya decir que no.
Lo tienes con un 50% de ahorro y con una clase extra de regalo aquí.