No sé si sabes ya lo que pasó cuando tomé la decisión de dejar la ciencia y lanzar mi negocio de coaching.
Más que nada porque te puede pasar o haber pasado a ti también.
A ver si te suena.
Hubo una primera parte de indecisión y angustia porque la ciencia era mi vocación y no me había planteado dejar esa carrera y me pilló todo un poco por sorpresa.
Cuando al final después de muchas vueltas decidí lanzarme, nerviosa peor convencida, contraté a una coach para que me ayudara a tener claro cómo quería organizar mi negocio, como lo quería exactamente.
En mi entorno tuve la suerte de tener el apoyo de mi pareja y de una amiga que creían en mí ciegamente.
Eso es lo raro, lo normal es lo contrario.
De hecho tuve que dejar de hablar del tema con mucha gente.
¿Seguirás buscando laboratorios, no? No lo vayas a dejar, por si no te funciona y tampoco vas a tirar tantos años de formación.
Bueno, tu sabrás, al final siempre haces lo que quieres.
Estás loca.
¿En plena crisis, Aida? Mejor quédate como estás.
Yo tenía un amigo que lo hizo y en un año estaba en bancarrota.
Y a mí se me encendía un motorcillo interno.
Es como cuando me decían ¿pero vas a hacer surf con tu edad? Estás loca, te vas a hacer daño, no sé yo… Entre risas pero ahí lo soltaban.
Y se me encende el motorcillo. Me chisco, como se dice en Salamanca.
Volvamos al día de hoy.
13 años después de lanzar mi negocio.
2 años después de mi primera clase de surf.
Estás leyendo este email. Así que sabes que sigo con mi negocio. Empecé solo con coaching para profesionales estancadas y lo amplíe con el síndrome del impostor y mentoría para emprendedores "locos" como yo.
Y entonces:
Vaya suerte has tenido, ¿eh? Es que a ti todo te sale bien.
Fíjate, llevas años ya, qué suerte.
Pues tienes que ser buena. Y tener suerte, claro.
Suerte dicen.
Formarme como coach, atreverme a dejar mi carrera, probar y probar, contratar a coaches y mentores, hacer cursos para aprender a vender, a crear programas, a atraer clientes. Aguantar los dos primeros años casi sin ingresos. Aguantar cuando algo no sale y averiguar por qué.
Remontar después de baches.
Persistir, invertir, actuar. Aguantar.
Ahora se llama suerte.
Emprender no es fácil. Si no todo el mundo tendría un negocio y llevaría muchos años.
Hay tantas cosas que no son fáciles. Muchas.
Emprender no es fácil pero tampoco tiene que ser tan difícil.
Hay alternativas a pasarte el día publicando en redes sin ver resultados; o a sentarte al ordenador sin tener muy claro qué hacer mientras los meses pasan y te agobias viendo la cantidad de información con la que nos bombardean y viendo que los demás parece que avanzan.
Parece, no todos avanzan.
En mi programa de mentoría te enseño lo que de verdad hay que saber para que tu negocio online FUNCIONE. Para hacerte un buen sitio entre el ruido, tener lectores fieles y clientes felices.
Sin paja.
Con mi apoyo, sin personas que afirmen que lo tuyo es suerte o que estás loca.
Bienvenida al club de los locos. No es para todos pero puede ser para ti.