El cuatro ingrediente, que podría ser el primero también es este.
4. Arriesgar
Cómo nos gusta la seguridad y hacer lo que nos resulta cómodo. A mí la primera, pero...
Arriesgarme es lo que mejores resultados me ha dado. En la vida en general.
Arriesgarme a dejar mi carrera sin saber si podría vivir del coaching.
Arriesgarme a vivir de mis ahorros.
Arriesgarme a subir el precio de mis programas y tener precios altos.
Arriesgarme a escribir, a estar en las redes, a dar webinars.
Arriesgarme a apuntarme a cursos que eran una buena inversión o a contratar a mentoras.
Arriesgarme a ser visible (y el miedo que da).
Eso no quita que sigas teniendo miedo o nerviosismo, pero lo haces igual porque en el fondo sabes que es lo que quieres y necesitas.
Y no me refiero a hacer locuras, sino a otro tipo de riesgos.
Cuando sabes que tienes que subir precios y te tiembla el estómago. Cuando sabes que es hora de contratar a una asistente o diseñadora o una mentora y te cuesta desprenderte del dinero porque lo ves como un riesgo. Pero sabes que estaría genial.
Ese tipo de riesgos.
Como cuando me lancé a hacer tirolina aunque me daba miedo, porque en el fondo sabía que me iba a gustar y no me iba a arrepentir.
A esos riesgos me refiero.
Son riesgos controlados porque en el fondo tú sabes que quieres, que lo necesitas o te gusta.
Cada una tiene los suyos y sabes cuáles son. No leas esto y digas: "sí, tiene razón" y te vayas a ver Instagram o Facebook o TikTok. Ponte a ello. La acción es clave.
Buen fin de semana,