3. ¡Trabajar! Con constancia.
Otra obviedad que no lo es tanto. Hay que hacer cosas, actuar, probar, experimentar y ser constante.
Y cuesta más de lo que parece.
De hecho, yo diría que es lo que más veo, poca constancia. Constancia significa publicar en tu blog todas las semanas (o cada dos semanas, o todos los días, según tu estrategia).
Significa hacer seguimiento a las personas que se han puesto en contacto contigo. Buscar oportunidades para tener más visibilidad.
Hacer lo que TÚ ya sabes que tienes que hacer.
Porque nos conocemos perfectamente y cuando estás ocho horas escribiendo un artículo o creando un post para Instagram ya sabes que te estás entreteniendo, que el perfeccionismo te está parando, que no estás haciendo lo que tienes que hacer (que es publicarlo ya).
Hay ciertas actividades que te hacen sentir ocupada y que tú sabes DE SOBRA que no te hacen progresar. Y puede que tengas que hacerlas, pero no dedicarles tanto tiempo.
Ten siempre claro qué actividades son las realmente importantes, las que te dan beneficios y priorízalas.
Y serán las que te den más miedo, claro, pero si quieres que tu negocio prospere, hay que hacerlas.
Las cosas no se regalan, requieren un esfuerzo. Y yo no soy de las que creen que hacen falta sacrificios extremos para lograr las cosas.
Yo apuesto por hacer lo que te gusta y te divierte más. Pero hay que hacerlo.
A mi me encanta escribir pero eso no significa que no lleve tiempo. Y lo hago igual.
Hay que trabajar y esforzarse. Esfuerzo del bueno, del que te gusta y te llena. Como vi el otro día, estar tan centrada y apasionada en tu negocio, tan motivada que haces hasta lo que no te gusta hacer.
Lo bueno es saber en qué trabajar exactamente para no perder tiempo, esfuerzo, motivación energía y dinero.