El otro día en el parque con mi hijo y un amigo suyo me di cuenta de algo importante para todos.
Resulta que el amigo de mi hijo le estaba diciendo a su madre que quería comer no se qué y la madre le dijo que no podía hacérselo porque al ir al parque ya no le daba tiempo.
Quiero caldo y quiero quedarme en el parque.
Y ahí le expliqué que a veces no puede ser todo, que a veces hay que elegir.
A estas alturas tú ya sabes que no se puede tener todo a la vez. A veces sí, normalmente no.
Pero hay una cosa que se nos suele olvidar. O en la que no queremos pensar.
Se nos olvida que algunas veces hay que elegir.
Y no quieres elegir.
Justo ahora no.
Con eso no.
No quiero. Como el amigo de mi hijo.
Pero hay que elegir .
O quedarte con una rabieta sin saber qué hacer y no disfrutar ni del parque ni de la comida.
A veces hay que elegir y si lo haces rápido te quitas la angustia de la cabeza (porque decidir supone unos quebraderos de cabeza a veces...) y disfrutas de una de las dos cosas.
Cuando no eliges no tienes ninguna.
A veces no sabes si tener un hijo o seguir con tu trabajo.
A veces no sabes si irte de vacaciones o pagarte el curso que quieres.
Si contratar ayuda o comprarte algo.
Si invertir en un coaching o curso o psicólogo o hacer x.
Si dejar tu carrera o apostar por un negocio.
Hay que elegir.
Cuanto antes elijas, antes disfrutarás de lo que hayas elegido y te quitarás ese peso de la cabeza.
Decidir cansa, elegir cansa. Si te acostumbras a hacerlo rápido, mejor. Tómate tu tiempo pero no lo eternices.
Merece más la pena, elegir, disfrutar y redirigir si hace falta, que estar sentada sin hacer ni una cosa ni otra.
Y no.
No te voy a decir qué tienes que elegir. No te voy a decir elige el curso que es lo más sensato, que le sacarás más partido, que...
Eso lo sabes tú.
Y a veces, pues oye, que te quieres ir de vacaciones o darte un capricho y ya harás el curso en otro momento.
Porque te apetece,claro que sí.
Y otras veces te dices no, quiero avanzar en esto. Lo otro puede esperar.
Tus circunstancias, tus prioridades, tú decisión.
Pero si te llega ese momento de elegir. Elige.
Y sigue adelante.
Si sale bien, genial; si te equivocas, corriges y aprendes.
De verdad te digo, después de haber vivido cambios de distinto tipo, que elegir y moverse siempre te hará sentir mejor que quedarte dándole vueltas a algo.
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