Hola Friend
Hace poco leí un libro muy interesante que me hizo ver distintas perspectivas que no había considerado antes.
Ya verás...
(Luego te digo cuál es, como siempre).
En el libro había una parte en la que comentaba dos historias sobre personas infieles.
En un caso la hija descubre la infidelidad de su padre. Como para ella la honestidad era fundamental decidió que su madre tenía que saberlo sí o sí, aunque eso supusiera el fin de su familia como había sido hasta ese momento y bastante sufrimiento.
Así que se lo dijo a su madre y la pareja se divorció.
La hija se sintió tranquila y en paz con su decisión porque había sido totalmente sincera y honesta.
En el segundo caso es la misma situación en otro país.
En este caso lo que más valoraba la hija era la familia, era su prioridad, el bienestar de su familia. Así que decidió no decir nada.
Decidió que era cosa de su padre y que él sabría qué hacer y así su familia no sufriría. Y, al igual que en el primer caso, se sintió en paz y satisfecha con su decisión.
Dos situaciones similares.
Una cosa importante diferente.
¿Es una decisión mejor que la otra? ¿Qué está bien? ¿Qué está mal? Da igual.
A ellas les da igual lo que pienses porque fueron totalmente coherentes con sus valores.
Eso es lo diferente, sus valores.
Para una la honestidad, la integridad era lo primordial.
Para la otra, la familia.
Y ante la misma circunstancia la manera de actuar varió mucho en función de sus respectivas prioridades.
Y ambas se sintieron satisfechas.
Cuando tienes claro lo que valoras no necesitas defensa ni confirmación de nadie. No dudas (o no tanto), te sientes bien.
Por eso es CLAVE tener muy claros tus valores, tus necesidades, tus prioridades y lo que es importante para ti tanto personal como profesionalmente.
Conocerte bien te da una seguridad en ti misma que es difícil conseguir de otro modo.
Que tengas un buen día, Friend |