Lecciones aprendidas este año
Es bastante frecuente que al finalizar un año nos detengamos un momento a trazar los objetivos que deseamos alcanzar el siguiente año.
Lo que no es tan común, es ponernos a pensar en aquellos aciertos o errores que hayamos experimentado y más importante aún el aprendizaje que obtuvimos de cada experiencia. El tener consciencia de los aprendizajes nos ayudará a exponenciar los aciertos y aminorar los errores.
Es cierto, detenernos a pensar al respecto puede parecernos algo no tan importante e incluso una pérdida de tiempo, el pasado es lo que es y no podemos retroceder. Sin embargo, el pasado nos puede dar información importante para tomar mejores decisiones hoy que seguramente nos propiciarán un mejor futuro.
Te comparto algunos aprendizajes que marcaron mi año a fin de que puedan motivarte a realizar tu también este ejercicio. Ten la libertad de aplicar alguno de mis aprendizajes si aplican para tu vida. - Poner lo primero primero. Soy una persona temerosa de Dios que desea agradarlo en todo, y pensaba que mi accionar reflejaba exactamente eso. Sin embargo una charla de Alex Kendrick (si sabes inglés puedes verla haciendo click aquí) me hizo ver que mis acciones cotidianas no reflejaban totalmente mi genuino deseo de poner a Dios como lo primero. De forma inconsciente, buscar la voluntad de Dios no era lo primero en la ecuación, tan sólo era una parte de la misma. Si me enfrentaba a una decisión laboral, familiar, etc. tomaba la decisión y ya. No me detenía en ningún momento a orar y preguntarle a Dios primero cual era su voluntad, preguntarle a Él primero es darle honra y el lugar que se merece. Al darme cuenta, me propuse orar primero antes de antes de tomar una decisión, honrarle dándole el lugar que merece y luego actuar. Creo que es un aprendizaje enorme que seguro me tomará tiempo implementar, pero estoy convencido que no sólo dará buenos resultados, sino pondrá en mi vida primero lo primero.
- Menos es más. Esta máxima la aprendí de un buen amigo cuando impartía una conferencia, él mencionó de forma breve estas tres palabras que me hicieron reflexionar. He estado muy activo este año, muchos compromisos laborales, profesionales, familiares, medios de comunicación y algunas actividades heredadas que no esperaba o incluso quería. Me sentía productivo pero cansado, agotado. El sólo pensar en reducir algo me generaba estrés. En esta conferencia aprendí que el cerebro piensa mejor cuando tiene menos cosas en que pensar, Bingo! Esa era la clave para ser más productivo sin sentirse agotado: "Hacer menos cosas pero mejor."
- Anota todo. Este es un acierto que deseo replicar por los buenos resultados que obtuve al practicarlo. Recuerdo que en diciembre del 2,014 me puse a describir 14 eventos extraordinarios que hubieran sucedido durante todo ese año. El resultado fue decepcionante, me costaba mucho trabajo recordar apenas 14 eventos, seguro fueron muchos más pero no podía recordarlos. En ese momento decidí escribir una nota titulada: 15 en el 2,015, eso era todo lo que tenía escrito pero que estaba convencido que durante el transcurso del año iría llenando. No ha terminado aún el año y sobrepasan los 20 eventos. Sin lugar a dudas el anotar con la memoria fresca es la diferencia. Este año tuvimos la oportunidad de viajar con un grupo de amigos cercanos con quienes de forma casual surgieron algunas frases divertidas. Sugerí la idea de irlas apuntando conforme se fueran dando para recordarlas en el futuro. Buen tiempo después del viaje aún seguimos recordando con alegría cada una de estas frases debido a que nos tomamos el tiempo de anotarlas. Anota todo, fracasos, aprendizajes, desafíos, deseos, oraciones contestadas o por contestar, todo aquello que te permita recordar algo que vale la pena. Anota todo y deja que el papel o medio digital haga el resto.
- Disminuye la velocidad. Este año mi salud comenzó a tener problemas, que estaban más relacionados al estrés que a otros factores. En esta oportunidad decidí buscar consejo con una persona a quien respeto y admiro, pero más importante que eso, creía que me entendería al tener un estilo de personalidad similar al mío. Fue una charla que me ayudó muchísimo y que puedes leer en detalle haciendo click aquí. Sin embargo lo que deseo resaltar de esa conversación, fue el consejo de bajar la velocidad, prestar más atención a lo que hago en cada momento. Disfrutar un bocado de comida, una buena conversación, un paisaje cotidiano, el desafío de un emprendimiento, prestar atención y disfrutar el momento. Sigue siendo un reto, tengo muchas cosas en la cabeza que me cuesta darle órdenes de bajar la velocidad. Y aunque es algo en lo que estoy trabajando, cuando lo practico lo disfruto grandemente y deseo que se vuelva algo natural en lugar de algo ocasional.
- La vida es frágil. Aunque tengo una agencia de seguros y estoy convencido de este término (razón por la cual animo a toda persona a que vea los seguros como un ahorro y no un gasto), muchas veces damos la vida por sentado. En este año había recibido una petición de una persona muy cercana y en mi cabeza la descarté inmediatamente, no había razón por la cual acceder rápidamente a esa solicitud. Poco tiempo pasó cuando de una forma muy cotidiana esta persona sufrió un accidente que pudo costarle la vida. Por cuidado de Dios no le afectó en nada su integridad física, pero pudo haber llegado al extremo de su muerte. Inmediatamente recordé en como de manera muy expedita había negado una petición pensando en que tenía mucho tiempo por delante para realizarlo. Como podrás intuir, al poco tiempo accedí a esa petición sin mucho pensarlo y esta vez con mucha rapidez. Esa petición estaba dentro del rango permisible, simplemente lo postergaba porque "había tiempo". La vida es frágil y debemos aprovecharla, planificar como si viviéramos mil años pero disfrutarla como si hoy fuera el último día.
Al escribir estas líneas, en una estadística muy simple puedo ver que el 80% de mis principales aprendizajes fueron de errores cometidos, sin embargo estoy tranquilo y convencido que el aprender de ellos hace que una dificultad se convierta en una bendición.
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