Subject: Las buenas decisiones son incompletas sin la dosis y frecuencia necesarias

Hola Friend, espero te encuentres bien. 

Hace tiempo me encontraba con un dolor intermitente en el cuello con el que llevaba ya varias semanas. Si bien no era lo suficientemente fuerte para dejarme inactivo, sí era muy molesto.
 
Por esta razón, decidí visitar un médico para consultarle sobre mi dolencia. Ya en su clínica, me realizó un examen físico para descartar alguna lesión seria, tiempo que aprovechó para formularme una serie de preguntas relacionadas con mi molestia. Entre ellas, me preguntó si había tomado algún medicamento para disminuir el dolor. Le respondí que había tomado una pastilla cuando el dolor fue más intenso, lo cual eliminó la molestia por un tiempo. La respuesta de mi doctor fue que el medicamento que había tomado era el acertado, sin embargo había fallado con la dosis y frecuencia necesaria. ¡Boom! No pude limitar esta indicación solo a mi molestia de salud, sino a las veces en que en la vida cotidiana fallamos igual.
 
Nos encontramos con un problema financiero y tomamos alguna decisión acertada para mejorar nuestras finanzas, como limitar nuestros gastos durante un mes, abrir una cuenta de ahorro, dedicamos tiempo para orar pidiendo sabiduría a Dios para mejorar nuestra situación y muchas otras similares. Todas ellas correctas, pero insuficientes para obtener resultados sostenibles sin la dosis y frecuencia adecuada.
 
¿Cuál debe ser la dosis y frecuencia necesarias? La respuesta para nuestras finanzas es muy similar a la de una dolencia física, depende de la gravedad que estemos enfrentando.
 
Si el organismo tiene una descompensación seria, seguramente requerirá de altas dosis por períodos prolongados hasta que el cuerpo regrese a su estado normal, disminuyendo progresivamente el tratamiento hasta mantener un estilo de vida apropiado que reduzca el riesgo de recaer. De igual forma sucede en nuestras finanzas y demás áreas de nuestra vida. Cuando nos encontramos en situaciones complejas, requerirá de nuestra parte una alta dosis de esfuerzo, enfoque, determinación y valentía. Estamos en una fase de peligro que debe ser enfrentada con una alta dosis y frecuencia de nuestras capacidades y recursos. 
 
Veamos cómo la dosis y frecuencia se unen para lograr nuestros objetivos financieros:
 
Objetivo: Deseo irme de viaje a Europa por quince días.
Dosis: ¿Qué cantidad de dinero necesito y cuándo debo hacer ese viaje? ¿Puedo conseguir ingresos adicionales para este fin? ¿Qué gastos tendré que reducir o eliminar?
Frecuencia: ¿Cuánto dinero necesito ahorrar para este viaje? ¿Lo haré de forma semanal, mensual?  ¿Durante cuánto tiempo? 
 
¿Queremos resultados rápidos? Cuando se trata de lograr los resultados que anhelamos en el menor tiempo posible, no hay atajos. Necesitamos adicional a tomar buenas decisiones, la frecuencia y dosis adecuadas.

P.S ¿Me mejoré de mi dolor de cuello? Gracias a Dios, sí, el medicamento en la dosis y frecuencia adecuada funcionaron a la perfección.
 
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