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Hablando en términos generales, las empresas han visto en la renovación tecnológica una forma de generar ahorros o, más exactamente, eficiencias. Permiten hacer lo mismo que antes empleando unos recursos, a veces, muy inferiores o –visto de otra forma– obtener un rendimiento muy superior de los recursos disponibles. Tomado literalmente así, este planteamiento en principio desorienta a muchas entidades no lucrativas, dado que la medición de los resultados se convierte a menudo en algo verdaderamente complicado. Por ello, el concepto de "resultado" no suele figurar en nuestro vocabulario y no es difícil encontrar organizaciones para las que mantenerse al margen de las nuevas tecnologías es un motivo de orgullo.
El resultado económico (diferencia entre ingresos y gastos) es un dato a tener indudablemente en cuenta, pero en las organizaciones no lucrativas normalmente tenemos objetivos orientados a la mejora de las condiciones de vida de las personas, por lo que el resultado económico pasa a ser una condición a tener en cuenta de cara a la sostenibilidad de los proyectos, pero no el criterio por excelencia para medir nuestra actuación.
No obstante, tenemos misión, estamos orientados a la actuación y debemos obtener resultados. Y medirlos, y defender lo que se consigue, y determinar donde no avanzamos, y ser transparentes con el empleo de los recursos... Se lo debemos a los donantes, a quienes nos subvencionan, a los socios que promueven nuestra causa, a los voluntarios que aportan su tiempo y esfuerzo, a los contratados que trabajan con un compromiso desconocido en otro tipo de organizaciones, a las administraciones públicas que nos confian en parte la implementacion de las políticas sociales. Medir los resultados es otra cuestión, un reto de enormes proporciones.
En un mundo de recursos escasos, sea cual sea nuestro objetivo, necesitamos mejorar continuadamente el balance entre costes y resultados. Haciéndolo mejor, adquiriendo conocimiento, aplicando técnicas nuevas... y eligiendo los recursos tecnológicos apropiados. La penúltima tendencia en Internet, las redes sociales, tratan esencialmente sobre comunicación. Sobre las personas comunicándose con otras personas con las que tienen algún grado de afinidad. Con las personas que comparten ideas, imágenes y voluntades y que colaboran a través de Internet. ¿Y qué otra cosa son las asociaciones que personas que comparten y se implican? Las asociaciones tienen mucho que hacer en las redes sociales (incluyendo el vigilar sobre su uso y advertir sobre los riesgos). En general, y con todas las honrosas excepciones que se quiera, las entidades no lucrativas tienen que superar un desfase en la adopción de las nuevas tecnologías. Porque así conseguirán más con menos y porque así evitarán que sean otros quienes colonicen todo el territorio.
No podemos permitirnos que se extienda la percepción de las ONGs como organizaciones ineficientes y técnicamente obsoletas. Ni podemos permitirnos no transmitir nuestras causas de manera eficaz. Internet no nació como un lugar para el comercio y su evolución nos está mostrando que, efectivamente, hay espacio para mucho más que los negocios (aunque tengan su parte). ¿Vamos a renunciar al lugar que nos corresponde?
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Las personas que se inscriben en nuestros cursos con bastante antelación nos ayudan en varios sentidos:
- Nos permiten conocer anticipadamente la aceptación que tiene (o si existe algún problema: mala elección de fechas, comunicación incorrecta...)
- Ayudan, evidentemente, adelantando el pago a compensar que otras cosas se cobran con retraso.
Tenía, por tanto, sentido que tratáramos de devolver parte de ese beneficio, tanto para agradecerlo como para incentivar un comportamiento que es beneficioso para todos (empezar un curso gestionando todavía las inscripciones de los que llegan con retraso nos complica la vida y tampoco beneficia el ritmo del curso).
Lo que hemos pensado es ofrecer unos descuentos (por “pronto pago”) a quienes realicen el pago de la inscripción con una cierta antelación. Estas personas nos solicitan un código de descuento y nosotros lo mantenemos vigente durante 3 días, plazo en el que debe realizar el pago y hacernos llegar el resguardo. Estas son las ofertas que tenemos vigentes ahora mismo para cursos online:
Estos descuentos no son compatibles con la bonificación del curso, en caso de que pueda aplicarse. Lógicamente, sólo se puede aplicar un descuento por curso y alumno.
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