Subject: diagnostico o muerte

Leía esta mañana una noticia:

798 personas murieron el año pasado por negligencias médicas.


La mayoría por un diagnóstico equivocado que derivó en un tratamiento erróneo.


¿Por qué ocurre esto?


Hay tres causas habituales:


Falta de profesionalidad del médico.


Pacientes que ocultan o minimizan información por miedo, vergüenza o desconocimiento.


El error humano, que simplemente es inevitable.


Si uno de los tres factores es imposible de eliminar —el error humano— entonces tenemos que centrarnos en reducir los otros dos riesgos.


¿Cómo?

Contratando profesionales solventes.

Y realizando un diagnóstico previo exhaustivo.


Pues esto, exactamente esto, es lo que mucha gente ignora cuando me llama para pedirme presupuesto.


Me contactan queriendo un precio cerrado...

Pero no para un servicio cualquiera.

Sino para el servicio que ellos mismos creen que necesitan.


Es decir:

se autodiagnostican, y me piden presupuesto para la “cirugía” que se les ha ocurrido.


¿Te imaginas ir al médico y decirle:

“Doctor, necesito que me opere de apendicitis. Dígame cuánto me cobra. No necesito que me revise. Ya me lo he mirado en Google.”?


Yo tampoco.


Y sin embargo, en los servicios profesionales pasa cada día.


El problema es que, en la mayoría de los casos, ese supuesto “diagnóstico” que me traen no es el problema real.

Y cuando arrancamos el proyecto, empiezan a aparecer complicaciones por todos lados.


Por eso hace tiempo que dejé de trabajar así.


Si quieres que trabajemos juntos, hay un primer paso obligatorio:


Mi consultoría previa de proyecto.


En ella analizo tu situación, detecto qué está fallando y te propongo un plan claro para solucionarlo.

Un diagnóstico honesto y profesional, no una lista de tareas hechas al tuntún.


¿Después?

Con ese diagnóstico en mano, tú decides cómo actuar.

Solo que esta vez lo harás con conocimiento, y no con suposiciones.


Y créeme: eso marca toda la diferencia.


¿Quieres un presupuesto?

Perfecto.

Pero antes, hagámoslo bien.



PD- Si conoces a alguien que esté pensando en construir, reformar o invertir, reenvíale este email. Y que se apunte a esta newsletter. Le va a venir bien.