El otro día viene un señor y me dice, muy serio, que quiere construirse una “penthouse”.
Intento mantener la compostura —no siempre lo consigo— y le pregunto, con toda la calma que puedo, a qué se refiere exactamente con “penthouse”.
Después de un buen rato de conversación, entre explicaciones que no explican nada y silencios cargados, se revela la verdad:
Se ha comprado una mobilhome.
Sí. Una casa móvil.
Y quiere que le haga un proyecto para ponerla en su parcela.
Porque…
– El que le vendió la parcela le aseguró que era suelo urbano (sin matices).
– El que le vendió la mobilhome le dijo que no hacía falta ni proyecto ni licencia (qué suerte).
– Y en el Ayuntamiento le dijeron que ningún problema… salvo que necesitaba un arquitecto para arreglarle “los papeles” (por lo visto el marrón lo tiene que limpiar otro).
¿La realidad?
– La parcela es urbana, sí… pero tiene afecciones por la cercanía de un río. Y eso podría implicar que Confederación Hidrográfica no autorice absolutamente nada.
– La mobilhome no cumple con el Código Técnico de Edificación ni con la normativa urbanística.
Habría que estudiar si puede adaptarse.
Y eso no es nada seguro.
– El Ayuntamiento, cómo no, se lava las manos. Pero eso sí, con una sonrisa. No te van a decir “esto no se puede hacer”… Prefieren que se lo diga otro.
Y ahí entro yo.
Tres trileros en la función:
El vendedor de la parcela.
El vendedor de la mobilhome.
Y el Ayuntamiento.
Y una única persona que ha sido honesta y no ha querido sacarle los cuartos: yo, cuando ya era demasiado tarde.
Porque claro… ya se ha gastado una buena cantidad de dinero. Y ahora está esperando a ver si le toca la lotería y puede hacer algo con ello. O si ha tirado su dinero a la basura.
Todo por no empezar por donde se debe empezar: informarse antes de gastar.
Y no es el único caso.
El otro día vino una señora con una valla nueva que no podía poner. Mismo error. Mismo resultado.
No hace falta saber de normativa urbanística.
Pero sí hace falta saber cuándo hay que pedir ayuda.
Por eso, si lo que quieres es entender por qué tu casa es fría en invierno y asfixiante en verano, por qué no te sientes a gusto ni aunque esté recién construida, o cómo puedes evitar estos errores antes de que te cuesten miles de euros…
Tienes que ver esta masterclass.
Solo quedan dos días para comprarla.
El lunes entrego el acceso y hacemos la sesión de soporte en vivo. Después, el que no haya llegado, se queda fuera.
El precio es una ridiculez para todo lo que puede evitarte.
Literalmente: una fracción infinitesimal de lo que han perdido el señor de la mobilhome y la señora de la valla.
Y créeme…
La tranquilidad de saber lo que puedes hacer (y lo que no), vale mucho más.