Subject: Este cliente no se va a hacer la casa. Y sin embargo… estoy feliz.

Esta semana tuve una conversación con uno de mis clientes de consultoría.


Había hecho mi trabajo:

Analicé el proyecto.

Propuse mejoras.

Señalé puntos críticos.


Pero había un problema.


El proyecto no estaba bien parido.

Muchas indefiniciones. Muchos “esto ya se verá”.

Y su arquitecto… poco permeable a los cambios.


Poco colaborativo.


Poco todo.


Así que lo hablé con ellos. Sin filtros. Sin paños calientes.

Les conté que si seguían por ese camino, la obra sería una trinchera.

Y no una casa.


Y entonces pasó algo que no pasa todos los días.


Me miraron y me dijeron:


—“Mira Luis, nos has abierto los ojos. Hemos entendido que la casa que íbamos a construir estaba mal. Mal definida. Llena de problemas. Y que el arquitecto que elegimos, no es el adecuado. Así que hemos decidido parar. Tirar este proyecto a la papelera. Y empezar de cero. Porque ahora sabemos que las cosas se pueden hacer mucho mejor. Gracias a ti.”


Y así, sin más, decidieron frenar.


Hoy no se van a hacer la casa.

Pero no están perdidos.

Están mejor encaminados que nunca.


¿Lo curioso?

En lugar de estar decepcionado… estoy orgulloso.


Porque este “no” es en realidad un “sí” a hacer las cosas bien.

Es un “sí” a evitar errores que cuestan miles.

Es un “sí” a un futuro con cimientos firmes.

Y también es un “sí” a seguir trabajando conmigo, cuando estén listos.


¿La moraleja?


A veces, tu trabajo no es avanzar.

Es frenar a tiempo.


Y eso también es ayudar.


Así que si tú también quieres construir con paso firme e ideas claras…

Empieza por mi consultoría previa de proyecto.


Da igual si eres promotor o técnico.


Yo te acompaño.


Preferiblemente desde el principio.

Para que no haya que tirar nada a la papelera.


Empieza aquí.