Hoy voy a hablar de personas.
De esas personas que, ante cada plano, encuentran un error.
Que cuando por fin avanzas en una decisión, te sueltan un “yo no lo haría así”.
Que si algo se retrasa, siempre necesitan un culpable: el técnico, el constructor, el clima, el mundo.
Tú ya sabes a quién me refiero.
Están en las obras, en las reuniones de obra, en los cafés de obra.
Y aunque no aporten soluciones, exigen explicaciones como si se las debieras.
Y esto te lo digo sin rodeos:
Evítalos.
Porque no son solo una molestia.
Son una fuga.
De energía, de claridad, de presupuesto.
Si eres técnico, ya lo sabes: no necesitas más complicaciones, sino orden y criterio para que los proyectos salgan.
Y si eres autopromotor, esto te sonará: la ilusión con la que empezaste puede acabarse antes de poner el primer ladrillo… si no te rodeas de alguien que ponga luz donde otros solo ven sombras.
Por eso, si estás en plena autopromoción o trabajas en proyectos donde todo el mundo opina pero pocos resuelven, mi trabajo es para ti.
Diseño consultorías que desatascan decisiones, priorizan lo importante y te devuelven el control.
Sin perder meses. Sin sobrecostes disfrazados de “detalles”.
Sin más líos.
¿Quieres dejar de sentir que todo depende de ti, pero sin perder el control?
👉 Escríbeme. Cuéntame en qué punto estás.
Y pongamos orden, criterio… y resultados.
O puedes contratar mi consultoría previa de proyecto