Ayer fue el Día de la Madre en España.
Todos lo sabéis.
Y también sabéis que, en la mayoría de los casos, son ellas quienes cargan con el mayor peso en la crianza.
Como padre de dos adolescentes, muchas veces me pregunto si estoy haciendo lo suficiente.
Ahora están en esa etapa donde es difícil conectar.
Donde pasas de ser su héroe… a ser “ese pesado que solo quiere arruinarme la vida”.
Donde ellos aún no entienden cuánto los quieres, ni el miedo que te da que se equivoquen y eso los marque para siempre.
Aun así, aquí estamos.
Haciendo lo que podemos.
Aguantando.
Intentando dejar huella sin que se note demasiado.
En los proyectos de construcción pasa algo parecido.
Hay días en los que parece que mi trabajo es pelearme con todos:
Con el promotor, para explicarle que lo que propongo no es un capricho.
Con el constructor, que cree que me dedico a poner trabas porque no entiende lo que hay detrás.
Y, sin embargo, no desisto.
Porque sé que lo que hago puede marcar la diferencia.
Una diferencia real.
En eficiencia.
En salud.
En bienestar.
Una diferencia para quienes vivirán en ese edificio durante décadas.
🛠️ Por eso tengo un servicio de consultoría energética previa que puedes contratar.
Y dentro de unos días abriré plazas para una nueva masterclass sobre ventanas.
Un mundo complejo que, una vez lo entiendes, te cambia la forma de proyectar (y de comprar).
Ya te avisaré.
Gracias por leer.
Nos seguimos viendo por aquí.
P.D. Si estás metido en un proyecto y dudas si vas bien, no te la juegues. Mi consultoría previa puede ahorrarte muchos errores… y muchas peleas.
Consultoría previa de proyecto