🔥 Ayer ardió la ciudad.
No literalmente, aunque… casi.
Lo de “Ciudad en llamas” me recuerda a la canción de Ana Belén.
Una metáfora de pasión, destrucción y renacimiento.
Pero ayer no fue poesía.
Fue una bofetada real.
Un día que debía ser de disfrute con mis hijos se convirtió en una pesadilla por el calor.
Un infierno.
En mayo.
Chavales agotados, algunos con síntomas de golpe de calor.
Yo mismo desorientado.
¿Julio? No.
¿Cambio climático? Ya no es un debate. Es el escenario.
Y mientras intentas refrescarte con lo que sea, lo piensas:
“Si hubiese estado en casa… esto no habría pasado.”
Pero no todas las casas están preparadas.
Y los colegios, mucho menos.
🌡️ Hace tiempo que lo venimos diciendo:
Nuestros edificios no están diseñados para protegernos del calor extremo.
Ni del frío extremo.
Ni de casi nada.
Y eso no es solo incómodo, es peligroso.
🧠 Por eso hoy quiero compartirte algo útil:
Un estudio que hicimos desde la Plataforma Passivhaus sobre la monitorización térmica en colegios.
Las conclusiones son claras:
Los edificios no nos protegen.
👉 Puedes leerlo haciendo clic aquí
Y si este tema te toca de cerca —porque tienes un proyecto entre manos, una idea o simplemente sentido común—
Hablemos.
Podemos revisar juntos lo que tienes entre manos y hacer que funcione.
Aquí puedes contratarme directamente.