Imagina que entras a un almacén de ropa, y se te acerca uno de los vendedores y te dice: "Mucho gusto, mi nombre es Juan, yo soy un experto en ventas".
Suena extraño, ¿no?
El arte de la seducción, el arte de la persuasión y el arte de las ventas funcionan de la misma manera, por eso es mejor si se mantienen en secreto.
Un buen seductor nunca revela cuál es su fuente de información.
Tampoco comparte sus secretos con sus posibles competidores (así se evita que le quiten a sus mujeres).
Nunca le digas a una chica acerca de estos secretos que estás descubriendo. Es mi consejo.
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Deseándote lo mejor se despide tu amigo,
Esteban
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