La inocencia es algo simple, tú solo tienes que soltar todo y permanecer totalmente presente en cada momento. Los niños son inocentes, y a medida que la conciencia se expande, te transformas como en un niño: comienzas a hacer las cosas en forma más espontánea y a decir exactamente lo que piensas, comienzas a vivir en el momento presente, a fascinarte con la vida, a ser más amoroso contigo y más afectivo con los demás.