Creo que sería difícil encontrar a alguien que diga que su cerebro no es importante (y si lo llegase a encontrar, entonces se preguntaría que tan bien le funciona). Sin embargo, nos encontramos con que muchas personas usan mal sus cerebros.
Ellos esperan que su cerebro funcione bien en las áreas donde la ciencia y la experiencia nos indican que simplemente no es posible. Por eso, no explotan su potencial al máximo.
Hemos aprendido lo suficiente sobre el cerebro en los últimos 60 años, como para saber que es potente y confiable para algunas cosas, y limitado y poco fiable para otras. Pensar de forma creativa, conectar los puntos, intercambiar ideas, pensamiento enfocado; todas grandes aplicaciones para nuestra materia gris.
Pero, ¿esperar recordar que tengo que comprar aceite de oliva? ¿Tener que recordar una y otra vez que "necesito enviar por email una propuesta a un cliente"? ¿Sólo “medio decidir” qué hacer con los centenares de emails de la bandeja de entrada, dejándolos allí hasta que se “pongan rancios”? Eso es abuso cerebral.
Por supuesto, si usted es culpable de esto, usted también es el único que puede ponerle fin. Un primer paso sería aprender a identificar las diferentes formas del abuso cerebral que se puede estar infringiendo:
Repensando Cosas. Si su espacio cerebral es precioso, ¿por qué permitirse pensamientos de preocupaciones mundanas más de una vez al día? Los únicos pensamientos que debería tener múltiples veces al día, deberían ser pensamientos que disfrute. Todo lo demás debería ser despachado a un lugar en su sistema de organización, que le recuerde a usted hacer algo al respecto, cuando pueda hacer algo al respecto.
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