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Al cierre del primer semestre de 2019, la economía panameña, medida a través del Producto Interno Bruto (PIB) registró un crecimiento de 3.0%, de acuerdo con cifras emitidas por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (Inec) de la Contraloría General de la Nación.
Ciertamente no es el desempeño que todos esperábamos a comienzos del 2019 y sin duda alguna, la acentuación de la desaceleración económica durante la primera mitad del año tuvo un gran impacto en el aumento de la tasa de desocupación, la cual pasó de 6% a 7.1% de agosto de 2018 a agosto de 2019.
Sin embargo, los panameños tenemos que aprender a valorar lo que tenemos, especialmente en momentos en que la economía mundial, y en particular la de América Latina y el Caribe, está prácticamente estancada, con las principales economías de la región creciendo a menos de 1% y varios países no en desaceleración, sino en recesión.
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¿Recuerdan cuándo los mapas de tamaño póster eran nuestra mejor esperanza para llegar a un destino? A veces, abrirlo y tratar de doblarlo a su posición original podía ser más desafiante que hacer el viaje en sí. Y había que trazar la ruta por cuenta propia.
De una manera similar se mantuvo el área de Compras y Contrataciones (Procurement) durante muchos años, épocas en las que se consideraba “avanzado” un proceso basado en papel.
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En el mes de noviembre, hace 60 años, la Organización para las Naciones Unidas (ONU) firmó y proclamó la Declaración de los Derechos del Niño.
Es por ello, que durante este mes han sido promovidos diversos eventos orientados a la concientización acerca de los derechos de los niños y su bienestar durante el acceso y uso de Internet.
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Prender nuevos motores de la economía
Por años venimos escuchando sobre la necesidad de incentivar otros sectores de la economía como turismo, logística, industrias creativas, tecnología, exportaciones y agro con valor agregado, entre otros, dándoles mayor relevancia, invirtiendo en infraestructura, capacitando personal y aplicando políticas que les permitan desarrollarse a nivel de los sectores tradicionales como construcción, intermediación financiera, comercio, Canal y puertos que hoy en día representan los mayores aportes al Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Y es que precisamente en estos momentos de desaceleración económica, nuestros sectores tradicionales se están viendo afectados y no hay vías de escape hacia otros que nos permitan balancear nuestro desempeño económico.
Para la representante en Panamá del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Verónica Zavala, a quien tuvimos la oportunidad de entrevistar para Capital Financiero, es imperante que Panamá prenda otros motores para alcanzar un crecimiento económico más vigoroso y sostenible y combata la desigualdad de una manera más efectiva.
En los últimos años se han activado mesas de trabajo para que el sector público y privado establezcan estrategias para alcanzar el desarrollo de estos sectores como el Gabinete Logístico y el Plan para convertirnos en un hub logístico de clase mundial, y más recientemente el Gabinete Turístico y el Gabinete Agropecuario, así como la creación del Ministerio de Cultura para impulsar las industrias creativas, la aspiración del hub digital, y la Oficina de Inteligencia de Mercados del Ministerio de Comercio e Industrias (Mici) y ProPanamá para empujar las exportaciones.
Consideramos relevante que para avanzar debemos dar por agotada la discusión sobre las debilidades, dificultades y oportunidades que tenemos, y empezar a ejecutar las acciones como una política de Estado que permitan en corto, mediano y largo plazo llevar a estos sectores a su desarrollo pleno, y no que cambie cada cinco años.
Los empresarios han hablado claro sobre la necesidad de mano de obra, agilización de los procesos burocráticos como aduanas y las condiciones para el comercio electrónico, entre otras acciones, para acabar con los cuellos de botella que frenan estas actividades.
Además se requiere de infraestructura pública, sobre todo para desarrollar el turismo en el interior del país principalmente en zonas donde hay problemas con el agua potable, carreteras de acceso y electrificación. En cuanto al agro, una mayor inversión en tecnología e innovación para mejorar la eficiencia y calidad de la producción, y las exportaciones más cultura exportadora, nichos de mercado y nuevos clientes en los mercados internacionales.
Y por supuesto educación para contar con mano de obra calificada no solo a nivel universitario, sino técnico y de servicio al público.
Estaremos siguiendo de cerca y reportando los avances de estas iniciativas público-privadas que permitan el despertar de estos nuevos motores que vengan a sumarse a la economía de Panamá generando mayor crecimiento y plazas de empleo.
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