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El director de la Caja de Seguro Social (CSS), Enrique Lau, no ha podido ser más claro, en 2018 y 2019 la entidad utilizó unos $274 millones de las reservas del programa de Invalidez, Veje y Muerte (IVM) para hacer frente al pago de pensiones, una situación que nos coloca ante una dura realidad: La crisis actuarial de ese programa; y más específicamente, del subprograma de reparto puro o solidario, nos está tocando la puerta y todos los que participan del financiamiento de este programa en el país tendremos que hacer nuestros aportes para superar esta situación antes que termine por poner en riesgo los ingresos de los 200,000 pensionados y jubilados, así como de aquellos que están próximos a jubilarse en los años venideros.
En este contexto, es realmente positivo que el movimiento sindical, a través de Consejo Nacional de Trabajadores Organizados (Conato) haya tenido la iniciativa de presentar al resto de la sociedad una lista de siete propuestas que a su juicio se deben adoptar para poder superar el déficit actual que evidentemente enfrenta el IVM, algunas de las cuales pueden ser de gran utilidad, aun cuando en general la cúpula sindical del país insiste en tratar de evadir una realidad: Para salvar el IVM y estabilizar las finanzas de la CSS todos los sectores de la sociedad tendremos que hacer aportes y sacrificios.
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En enero de 1992, pocas semanas después de la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (Urss), visitamos a un gran amigo e intelectual ya desaparecido, que en vida respondió al nombre de Carlos Wong.
Le hicimos la siguiente pregunta: ¿Qué opinas de todo esto? Su respuesta fue la siguiente y jamás la hemos olvidado: “A veces nos dejamos llevar por un conejo salido de un sombrero y el mundo es más dialectico de lo que parece y la verdad es la interpretación justa y cierta de los hechos y fenómenos”.
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En Panamá el sector logístico aporta más del 33% al Producto Interno Bruto (PIB) del país, lo que significa que un tercio de los ingresos del país provienen de esta actividad.
Planificar es una tarea que se articula con todas las herramientas, actores y componentes claves para obtener resultados fructíferos e impostergables para un país. Es así, como desde nuestra plataforma en el sector logístico nos estamos preparando, con una visión a corto, mediano y largo plazo para mirar con creces el futuro y desarrollo del sector logístico en Panamá, entendiendo que afrontamos muchos retos.
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No podemos concentrarnos sólo en lo macro
Una de las razones por las que, a mi juicio, se ha agravado la desaceleración económica que experimenta el país en los últimos cinco años es la forma como los gobiernos se aferran a las cifras macroeconómicas al momento de evaluar la situación nacional, ignorando aquellos hechos que ponen en evidencia la crisis que viven algunos sectores que son un termómetro de la realidad.
Hago este comentario porque es evidente que el ministro de Economía y Finanzas, Héctor Alexander, confía en que las inversiones públicas programadas para el presente año, valoradas en más de $3,000 millones y la ejecución de 17 obras que formarán la cartera de proyectos que se desarrollarán mediante la figura de Asociaciones Público Privadas (APP) serán el principal motor para que la economía del país recobre el crecimiento vigoroso que exhibía hace más de un lustro.
Otro elemento que parece generar en las autoridades gubernamentales confianza sobre las posibilidades de reactivar la economía nacional es el interés que han expresado un gran número de empresas multinacionales de establecer operaciones en Panamá.
No obstante, creo que el ministro Alexander y el equipo que encabeza el señor presidente de la República, Laurentino Cortizo, deben ir más allá y evaluar lo que está ocurriendo en otros niveles de la economía, ya que el los últimos años los panameños hemos visto como un gran número de empresas están cerrando sus puertas, especialmente en áreas como comercio al por menor, restaurantes y salones de belleza.
Además, áreas completas de la ciudad, como por ejemplo Santa Ana y Calidonia, están completamente deprimidas, al punto que los locales que otrora eran ocupados por cadenas de almacenes altamente concurridos por la población, como La Pantera Rosa, Grafiti, Los Atrevidos, Dorval, Adams o Dorians operan actualmente pequeñas abarroterías y comercios dedicados a la venta de teléfonos celulares y accesorios para estos dispositivos, panaderías y kioscos para la venta de comidas populares.
Comprendo que en gran medida esta situación responde a las nuevas tendencias del mercado, que centra el comercio al por menor en los grandes centros comerciales y a los cambios en la movilidad urbana, ya que el Metro aleja a la población de la Avenida Central y Calidonia, pero me parece increíble que no existe un plan para revitalizarlas, que incluya incentivos fiscales tal como ocurrió en su momento en el Casco Antiguo de la ciudad.
El problema es que el cierre de estos comercios o su traslado a los centros comerciales ha dejado a un gran número de personas si opción de empleo en la ciudad capital, agravando la situación de pobreza y falta de oportunidades, especialmente porque es en esta área donde se concentra un alto porcentaje de mano de obra no calificada que otrora veía en el comercio una oportunidad de empleo y a la cual cada vez se le hace más difícil acceder a esos puestos de trabajo.
Se trata de un tema al que se debe prestar atención de manera urgente antes que el desempleo y la pobreza se transformen en un detonante de protestas sociales, tal como ocurre en otros puntos del país como Colón y San Miguelito.
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