La desaceleración económica continúo golpeando a Panamá con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el tercer trimestre de 2.9% y una tasa del desempleo del 7.1% al mes de agosto, no obstante, a nivel regional hemos podido mantenernos creciendo y no hemos bajado tanto como otros países vecinos.
De hecho, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) revisó a la baja las proyecciones de crecimiento de la actividad económica de la región para 2019, año en que se espera una expansión promedio de 0,1% en América Latina y el Caribe. Para 2020, el organismo proyecta que la región continúe en una senda de bajo crecimiento.
A pesar de ello, muchos de nuestros sectores económicos sienten optimismo de que podremos mejorar para el próximo año en actividades como turismo, construcción, banca, Canal de Panamá, minería, exportaciones, entre otros, que centran sus esperanzas en las medidas para la reactivación económica y la generación de empleos que está implementando el Gobierno del Presidente Laurentino Cortizo.
Estas expectativas positivas se ven alentadas por las importantes obras de infraestructura pública que se han anunciado como Línea 2 y Cuarto Puente, pero también es importante que no solo el gobierno y la empresa privada empiecen a ver la luz al final del túnel, sino que todos los panameños pongamos empeño en salir adelante.
Este 2020 inicia una nueva década y es el momento propicio para plantearnos metas a corto y mediano plazo, que nos preparemos mejor para poder aprovechar las oportunidades que se nos avecinan. Además para tomar apuntes sobre lo sucedido como una reflexión de la importancia del ahorro y el consumo controlado ante situaciones económicas que no podemos controlar, y para que apreciemos en su justa dimensión los momentos de bonanza que se han vivido en Panamá.
Es muy buena noticia que las brisas de recuperación se empiecen a sentir en la economía, pero mejor aún si también se sienten en nosotros.