¿Sabes cuando te encuentras con alguien, le preguntas qué tal está y te dice "Tirando"?
Y seguís con la conversación como si nada porque ya hemos asumido que ir "tirando" es estar bien.
Ir tirando no es estar bien, es ir tirando.
Es importante darse cuenta porque muchas veces vamos con el piloto automático, sin pararnos a pensar, en modo supervivencia, porque "bueno, no estoy tan mal, ya me he acostumbrado, ahora no es buen momento para pensar en eso, es que la cosa está mal y no voy yo ahora a hacer nada".
A veces además confundimos estar mal con ir tirando. O sea piensas que estás medio bien porque vas tirando, pero estás mal.
Y se te ha olvidado que estar mal es estar mal no es estar medio bien.
Ir tirando es sobrevivir no es estar bien.
Pero uno se acostumbra, por desgracia, normaliza lo malo como "normal".
Es como la famosa historia de la ranita a la que meten en agua que cada vez está más caliente y no se da cuenta porque se va acostumbrado hasta que... Final triste. No me gusta ese cuento, me da pena la rana (soy bióloga) pero se entiende muy bien.
Así que es importante pararte a pensar a ver, ¿cómo estoy? ¿Dónde estoy? ¿Qué quiero? ¿Qué necesito? ¿Qué me quita el sueño por las noches?
Y si eso forma parte de alguna de las 15 preguntas que contesto
en mi nueva masterclass, ahí tendrás un primer paso.
El conocimiento es clave y luego podrás decidir si buscar ayuda y guía para tener paz y claridad o si ayudarte tú misma. Pero no sigas sobreviviendo pensando que estás viviendo.
Y recuerda: empezar a plantearte dónde estás y qué quieres hacer no implica lanzarte a la piscina y abandonarlo todo. No temas, solo implica sentarte al borde de la piscina y meter los pies en el agua. Tranquila, observando. Nadie te va a empujar.
Un abrazo
