“Cuando persigues un sueño o haces algo realmente difícil, lo normal es que te sientas bien un tercio del tiempo. Normal un tercio del tiempo. Y una mierda el otro tercio.
Y si el ratio entre días geniales, normales y horribles está en esa proporción, lo estás haciendo bien. El problema es cuando el ratio se descompensa.
Si estás genial o normal todo el rato seguramente estás apuntando demasiado bajo o estás siendo complaciente contigo misma.
Si estás mal la mayor parte del tiempo… tal vez estás fatigada o hay algo que no estás haciendo bien. Algo falla y hay que arreglarlo.”
Sinceramente, Friend, yo no sé si es verdad o eso se lo ha inventado alguien (no suena nada mal, eso sí, pero eso no significa nada).
Lo que sí sé con seguridad es que tú sabes de tu vida más que nadie y si ves que la mayoría de tus días son regulín y piensas y piensas en bucle y te sientes infeliz o bloqueada algo hay que hacer.
Para que puedas tener otro tipo de vida.
Una vida en la que te levantas contenta por las mañanas, planificas tu semana, tienes ilusión, tienes claridad, quedas con los tuyos y disfrutas de verdad.
Y oye que sean los más de los días, ¡ojalá más de un tercio! Que los habrá malos o tristones, claro, pero te gusta lo que haces y la vida que tienes. Y la diferencia es grande.
Muy grande.
Para que te guste tu vida necesitas saber qué quieres, eso para empezar. Y lo trabajamos en el primer módulo de mi programa PQH.
Luego afrontas lo que a la vida le de por darte pero sabiendo que haces lo que quieres y que, en lo que a ti respecta, tienes la vida que quieres.