No sé si recordarás la historia de la gota de agua y la botella que te conté hace tiempo.
Uno más de los momentos de mi día a día. Lo tienes aquí si no lo has leído.
Pues aquí va otra lección 😉
El otro día hacía mucho calor y mi hijo estaba echado en el sofá tan tranquilo. La ventana abierta dejando pasar una brisa de esas maravillosas.
Y aquí viene la conversación...
-Mami, no me llega el aire.
-Hijo, pues cámbiate de sitio.
-Es que no me quiero mover del sofá.
Mi cerebro de coach se puso en alerta roja, claro, jajaja.
A veces lo que quieres requiere moverte.
Así, sin más.
Y mira que cuesta con lo a gustito que está uno. Un poco incómodo pero se aguanta, ¿no?
Si estás lista para levantarte del sofá y que te llegue la brisa te ayudo con mi programa "Qué Hacer Cuando No Sabes Qué Hacer".
Es este.
Un abrazo, |