Ayer revisando un artículo que escribí hace tiempo releí el comentario de una lectora que decía: “Me identifico con los 4 puntos, me da vergüenza reconocerlo, pero no más, ya estoy en el camino al cambio”.
Me ha parecido muy importante tratar ese tema. La vergüenza.
¿Cuántas veces no has hecho algo porque te daba vergüenza?
Yo misma considero que la vergüenza ha sido uno de mis principales obstáculos desde siempre. Millones de cosas me dan vergüenza. Me daba vergüenza hasta bailar cuando empecé a salir de fiesta.
Y siempre he pensado en lo que me he perdido por eso.
Ahora suelo hacer las cosas aunque me den vergüenza.Y no porque se me haya quitado, sino porque, al igual que mi lectora, ya no dejo que me pare.
Respiro hondo y lo hago igual.
Antes me sentía un poco tonta pensando que era la única boba que tenía vergüenza, que el resto eran personas super seguras que si hacían algo era porque estaban tan tranquilas.
Error.
Ahora con la edad, la experiencia y después de leeros mucho sé que TODO el mundo siente vergüenza ante determinadas cosas. Todos.
Que puedes pensar: madre mía, qué vergüenza tener que hacer esto o ser esto o seguir así o que me vean asá o lo que sea.
Pero no estás sola. Todos tenemos vergüenzas, lo importante es hacer como esta lectora, lo reconoces y decides hacerlo igual, decides tomar cartas en el asunto.
Me da vergüenza saber que no tengo clientes o que necesito ayuda o que llevo años estancada o…
En lugar de quedarte envuelta en esa vergüenza, acéptala y busca el cambio.
Al final, de lo que te arrepientes es de lo que NO has hecho. Si la vergüenza te impide hacer cosas, haz algo al respecto.
El primer paso no es esperar a que desaparezca. No. El primer paso es dar un paso a pesar de la vergüenza. Aceptar la sensación sabiendo que está ahí pero que no te ayuda ni te sirve para lo que quieres y dar el paso.
Busca ayuda o lánzate tú sola.
A mí me daba vergüenza bailar, y no saber bailar y reconocer que me daba vergüenza y básicamente todo, como si fuera la única en el mundo, ahí sola con mi vergüenza.
Y no. No es así, hay mucha gente en la misma situación que tú, y aunque no la hubiera, no hacer algo por vergüenza al final te hace sentir mal y te pierdes cosas que de verdad quieres hacer.
Así que acéptalo y míralo en frio.
No sé bailar y me gustaría saber, ¿qué puedo hacer?
No tengo suficientes clientes y quiero tenerlos, ¿qué puedo hacer?
No quiero seguir así y no sé qué hacer.
Olvídate del "qué vergüenza". Pues vale te da verguenza, ahora hazlo igual. Todas estamos igual en un área u otra. No te avergüences de tener verguenza y te quedes así para siempre encerrada en un circulo de vergüenza.
Sal de él y empieza tu camino.
¿Sabes lo que hice yo? Con toda la vergüenza se lo conté a una chica y le pedí consejo para que dejara de darme vergüenza bailar. Y ella me aconsejó amablemente y a partir de ahí me atreví muerta de vergüenza.
(Y mira la palabra clave: vergüenza. No se me quitó en ningún momento).
Ahora llevo años bailando de fiesta y hasta en la calle mientras escucho música. Y menos mal que no me quedé ahí escondida en la vergüenza y en la vergüenza de sentir vergüenza porque bailar es una de las actividades que más feliz me hace.
Y lo mismo con el surf o con aparecer por todas partes con mi negocio. Ahora si tengo claro que lo quiero, respiro hondo y lo hago igual aunque me muera de la vergüenza.
Al final, cuando te lanzas, pueden pasar dos cosas:
- Que la vergüenza se te quite.
- Que no se te quite pero tengas la satisfacción de haberte atrevido y de hacer lo que quieres hacer.
Ambas opciones son mejores que seguir estancada y con vergüenza. Y te lo dice la reina madre de las vergonzosas. La vergüenza me quitó muchas cosas en mi juventud. Ya no más.
Un abrazo, | 
