Hola Friend
Ayer me di cuenta de una cosa muy importante en mi clase de surf.
Importante para ti también.
Verás, llevaba ya un rato en el agua con el monitor y estaba agotada. Subida en la tabla remaba para pasar la zona de rompiente y poder colocarme para intentar coger alguna ola.
Y me costaba mucho porque los brazos ya no daban más de sí, jajaja.
Y entonces llegó mi monitor y me dijo: tranquila, yo te llevo.
Y me empujó un buen tramo hasta que pasamos esa zona y ya pude colocarme y descansar.
Durante un segundo no quería porque oye para eso estoy yo, para aprender a remar bien y aguantar, no para que me empuje la tabla mi monitor como si fuera una niña pequeña.
Pero luego me di cuenta de lo bien que sienta que te ayuden, que te cuiden, que te den un respiro.
De lo bien que sienta dejarte ayudar.
Por alguien que sabe cómo ayudarte.
Mi monitor sabía cómo llevarme y hasta donde. Y me avisaba cuando llegaba la ola y me decía: "Ahora, Aida, ¡de pie!"
Me ayudó cuando me dieron un golpe y me hice daño.
El trabajo lo hice yo.
Pero él me ayudó, me guió, me enseñó, me orientó, me animó, me cuidó, empujó mi tabla (y a mi encima, jajaja) cuando yo no podía más.
Y eso hace mucho. Mucho.
A algunas personas nos cuesta que nos ayuden en ciertas cosas. Pero qué diferencia cuando nos dejamos, no solo enseñar, sino ayudar.
No se me va a olvidar el "Yo te llevo, Aida".
Y la sensación de estar cuidada y guiada por alguien que sabía lo que hacía (y al que estaba pagando la clase, por supuesto).
Deja que te cuiden y te ayuden, Friend.
"Yo te llevo", si quieres redirigir tu carrera profesional y estás perdida. Aquí.
Y sí, yo te llevo si quieres que tu negocio de coaching u otro servicio empiece a tener clientes. Aquí.
Un abrazo, |