"Tendemos a sobreestimar lo que podemos hacer en un año y a subestimar lo que podemos hacer en diez".
Y lo veo en muchas de mis lectoras y clientas que quieren resultados muy rápidos.
Que quieren darlo todo para poner su negocio o cambiar de trabajo pero solo es si es rápido. Me doy un año para que todo me vaya bien.
(Lo he notado especialmente en lectores hombres, esa prisa).
Lo malo no es quererlo todo rápido, en realidad.
Lo malo es buscar y buscar cómo conseguir lo que quieres muy rápido y no ponerte en marcha buscando.
Y que cuando te das cuenta han pasado dos años y sigues igual porque lo querías todo a tu manera y rápido.
Y como no encuentras esa manera mágica de conseguirlo todo rápido pues no lo haces.
Y ahí está el quid de la cuestión...
No lo haces.
Sin embargo, si te das tiempo, si recuerdas que en unos cuantos años puedes estar en un lugar totalmente distinto. Si no te obsesionas con que sea ya, entonces las cosas cambian.
Aprendes a hacer las cosas porque disfrutas del proceso, te hace ilusión el cambio o lanzar tu negocio y estás comprometida a perseverar te cueste lo que te cueste.
Poniendo toda la carne en el asador pero sin obsesionarte con un tiempo concreto.
La cuestión es empezar y darle al proceso el tiempo que necesite.
Por supuesto teniendo en cuenta las variables de tu vida. Si tienes que ahorrar o buscar otro trabajo a la vez o lo que sea que necesites.
La cuestión es que en un año a lo mejor no avanzas todo lo que quieres (o a lo mejor sí, quién sabe) pero en varios seguro que sí si empiezas a dar los pasos ya.
¿Dónde te gustaría estar de aquí a cinco años?
En diez años puedes vivir de tu negocio aunque ahora partas de cero.
Puedes haber hecho otra carrera y estar trabajando de ella.
Si el cortoplacismo te impide avanzar. Piensa a largo plazo.
Cuando empecé mi curso de doblaje uno de los profesores me dijo que mínimo siete años para ser medianamente bueno.
Casi me da algo.
Ya han pasado casi siete años de eso.
Si lo hubiera dejado, lo habría dejado.
Pero seguí adelante porque me gustaba y pensaba que quizá lo consiguiera antes.
Llevo ya tres años trabajando y cobrando del doblaje.
No lo dejé.
Piensa qué quieres hacer y empieza.
Como decía Séneca: "No es que tengamos poco tiempo, es que perdemos mucho."
