Hoy te traigo un ejercicio muy sencillo que te ayudará a conectar contigo misma.
Y es que en la vida es muy importante saber escucharte y tener un espacio para pensar y dejar fluir las ideas. ¿Por qué?
Para ser más creativa. Porque ese espacio te ayudará a la hora de tomar decisiones o de resolver problemas y generar ideas.
Y es que el problema hoy en día es que recibimos tal cantidad de información por todas partes que es difícil no sentirse saturada.
Y eso hace que te sientas estancada y a la hora de tomar decisiones o de encontrar una solución a alguna situación le des mil vueltas a lo mismo y no veas un camino claro.
Porque no nos damos espacio para realmente pensar, para dejar que nuestros pensamientos fluyan libremente, establezcan conexiones y generen nuevas ideas.
De hecho, siempre se ha dicho que es bueno reposar las decisiones o "consultarlas con la almohada" para que tu cerebro descanse y puedan fluir las ideas en lugar de intentar controlarlas tú.
Vamos entonces al ejercicio.
Es muy sencillo. Pruébalo esta semana.
Todos los días para durante cinco minutos y no hagas nada. Puedes estar sentada o echada, como quieras, la cuestión es no realizar ningún tipo de actividad.
Simplemente deja que tus pensamientos vayan donde quieran.
Y no estoy hablando de meditar.
Simplemente de parar la actividad continua, el exceso de información.
Con esto vas a conseguir que tu mente fluya libre y que se te ocurran cosas que no se te habían ocurrido antes o que no te habías dado espacio para escuchar. Vas a conseguir crear un espacio para escucharte a ti misma.
Y eso es importantísimo porque puedes descubrir ideas nuevas y tomar decisiones a las que previamente les habías dedicado tiempo en vano.
Es un poco como cuando estás en la ducha o a lo mejor doblando ropa o fregando platos, tareas manuales que no requieren mucho esfuerzo. A mí me pasa también cuando voy en el autobús sin hacer nada, tus pensamientos vagan libres, te relajas y se te pueden ocurrir muchas ideas.
Solo que en vez de hacerlo cuando surja la oportunidad vas elegir tú esos cinco minutos al día.
Pruébalo una semana.
Tu reacción a este ejercicio puede ser:
- Venga, voy a probarlo — > Esa es la actitud, sacar cinco minutos al día de descanso mental no es tan difícil y te puede ayudar mucho.