El otro día le comentaba a una amiga que me había hecho daño en la cadera bailando, no sé exactamente cómo, pero me molesta.
Y ella me decía que siguiera pero con más cuidado o algo así, que no dejara de hacer ejercicio.
Yo le dije que no.
Que ya me había pasado antes, no paré y tardé tres meses recuperarme. Tres meses con dolores.
Le dije: "Así que he aprendido a parar cuando me hago daño".
Y me quedé callada porque, sinceramente, me pareció una lección de vida, la verdad.
Parar cuando te haces daño.
No solo cuando te hacen daño los demás. Sino cuando te haces daño de cualquier manera o cuando te haces daño tú misma con tu actitud o comportamiento.
Cuando algo te duela, para.
Cuando estés mal, para. Para de forzarte a seguir, de justificarte, de huir, de sentirte culpable.
Para, reflexiona y reconsidera tus opciones.
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Por supuesto, teniendo siempre en cuenta la parte personal, son inseparables. Ya sabes tu carrera es parte de tu vida, no toda tu vida.
