Subject: Boletin - Ojo, si empiezas a justificar, te va a pasar esto...

Hola Friend,

Hoy quiero hablarte de algo que te puede estar pasando ya.

A veces, por circunstancias de la vida, empiezas a renunciar a cosas y a justificar otras. Niegas tus preferencias, tus criterios, tus prioridades... Así como quien no quiere la cosa.

Por ejemplo, cuando yo tenía 18 años (y antes incluso diría yo) tenía clarísimo que quería casarme, tener hijos e irme a estudiar al extranjero.

Claro, clarinete.

Y lo decía alto y claro a quien me preguntara. Así hubo chicos que antes casi de conocerme desistieron porque eso de irse al extranjero no iba con ellos, por ejemplo.

Y así acabé casada, con hijos y trabajando en el extranjero con quien es ahora mi marido. 

Porque no renuncié a lo que era importante para mí.

Ahora imagínate que me hubiera quedado con alguien que no quería tener hijos. O que no quería salir de su ciudad. O que no quería casarse.

Mirémoslo como una película de ciencia ficción de mi vida en un mundo en el que no tengo clarísimo lo que quiero.

Me habría conformado porque claro habría estado enamorada y todo el mundo sabe que "eso es una buena razón" (por suerte, para mí no lo era). Habría vivido en una urbanización porque es más tranquila y así tengo una casa más grande y mis hijos tendrían jardín.

(Aunque a mí me gusta vivir en el centro de una ciudad con todo su ajetreo).

Habría buscado trabajo allí, con suerte de lo mío.

¿Y sabes lo que habría pasado en esa película de ciencia ficción (que es la realidad para muchas personas)?

Que me habría ido sintiendo cada vez más vacía y apática, posiblemente amargada además; y no entendería el porqué de esta sensación de vacío. A ver, una decisión voluntaria, con un montón de ventajas y una persona maravillosa.

Un montón de ventajas que, sin embargo...

No eran lo que yo quería de verdad.

Habría negado lo que quería, habría justificado lo que tenía. La película acaba con la prota deprimida.

Aquí te estoy hablando de ficción, en mi caso, pero sé que es la pura realidad de muchas personas.

Cuando niegas tus preferencias, tus prioridades, tus estándares, tus deseos, lo que de verdad quieres... Llegará el vacío.

Y es que cuando las cosas van mal y no te gustan nada es fácil darse cuenta, lo difícil es verlo cuando no van tan mal, cuando son buenas.

El síntoma es el vacío. Eso es que no tienes lo que quieres, que te lo estás negando.

La mente es muy buena justificando cosas (si yo te contara...) pero al final lo que importa es lo que tienes y lo que quieres y si ambas cosas concuerdan o vas a seguir sintiendo ese vacío.


Salgamos de esa película. Puede que seas la protagonista y quizá la directora o el director, pero no eres la que corta el pastel, la que manda.

¿Sabes quien manda en realidad? La guionista. La que decide la trama de la peli y sus detalles. 


Un abrazo,
Aida B.
P.D. Tener claro lo que quieres no quiere decir que no puedas ceder o cambiar cosas para compartir tu vida con otra persona, sino que sabes en qué puedes ceder y qué puedes cambiar sin renunciar a lo importante. 

Ser flexible es muy importante para poder crear ese puzle que es la convivencia y que dure muchos años. Pero saber en qué puedes ser flexible es igual de importante. En el enlace de arriba.



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