Y en este punto hay dos cosas que quiero puntualizar, una que repito mil veces al día (jajaja): no todas tus pasiones tienen que ser tu profesión.
Puedes dejar algunas como afición y te sentirás realizada también así, si forman parte de vida de manera habitual. Aparte de que muchas veces convertir una pasión en tu profesión puede hacer que deje de gustarte.
Piensa en tus aficiones y cuáles puedes añadir a tu vida de alguna manera NO profesional, por puro placer.
La cuestión es emplear tu creatividad.
Y aquí voy al segundo punto, yo recuerdo que solía pensar que mi creatividad era nula, que yo no era ninguna artista ni tenía ningún talento creativo especial.
Y me equivocaba.
Todos podemos ser creativos de una manera u otra: escribiendo, pintando o dibujando, restaurando muebles, diseñando, bailando, cantando, cocinando...
Piensa en qué puedes hacer, algo que te encante hacer y desarrolla esa creatividad que es una fuente de libertad y realización.
El TERCER camino es...
Encontrar algo que te de energía, que sea una especie de alimento espiritual.
Independientemente de tus creencias o falta de ellas. Me refiero a todo aquello que te emociona, te enciende o te hace disfrutar de manera especial y profunda.
Algunos ejemplo son: estar en la naturaleza, ser voluntaria ayudando a los demás, crear un espacio en tu casa con algo que te inspire o que te de energía, meditar, bailar, tocar un instrumento...
¿Cuál es el tuyo?
Inclúyelo en tu día a día y verás que diferencia.
Si dedicas tiempo a pensar en estos tres pasos a menudo , cada vez te sentirás más realizada personal y profesionalmente : )