Hace un tiempo, en una sesión, una clienta me dijo:
Hice otros cursos para ver otras perspectivas y me quedo 100% con el tuyo. Además, en el tuyo se nota que hay alguien detrás, en otros hay gente y movimiento pero no se nota el apoyo que das tú.
Eso me encanta : ) Mira, yo no creo que el mundo este lleno de cursos que son humo y paja. Sinceramente creo que hay mucha calidad, cursos buenos y muy buenos.
Pero también tengo muy claro después de todos estos años de experiencia con mis clientes y haciendo yo misma un montón de cursos, que el contenido no lo es todo.
Hay tres cosas igual o más importantes todavía.
La experiencia.
Por mucho que el contenido sea bueno o sea casi igual entre varias personas NO es lo mismo que te lo explique alguien que lleva años viviendo de eso que alguien que acaba de empezar.
Aunque ganen el mismo dinero. La experiencia da una profundidad, un conocimiento y una mentalidad que el contenido solo no te da.
Eso no quiere decir que si eres nueva no puedas hacer un curso, pero si tienes experiencia porque ya has trabajado con clientes no será lo mismo (por eso suelo recomendar a mis clientes coaches que trabajen con clientes antes de hacer cursos y así serán mucho mejores).
El apoyo.
No es lo mismo un curso con un grupo de WhatsApp, Facebook, Telegram o lo que sea con cientos de personas hablando todas horas y casi sin apoyo del mentor, que cuando puedes acceder a ella o él para que te ayude con las dudas.
La persona.
A veces no es el contenido sino cómo lo expresa la persona. A veces la personalidad, la conexión es tal que logra que tu motivación sea mucho mayor. Que te impulsa a dar el paso a hacer cosas que otros cursos no han logrado. Porque no era el contenido, era la persona, lo que te transmite.
Y entonces le compras todos y cada uno de los cursos que tenga, casi aunque no los necesites porque sabes que te va a gustar y a ayudar todo lo que haga.
Yo tengo clientes que lo compran todo y me siguen desde hace años y yo misma sigo a personas con las que conecto y a veces les compro cosas de inmediato solo por la conexión que he sentido.
Por eso es tan importante mostrarte, ser tú y compartir tu experiencia. Por eso hay espacio para todos, porque todos somos distintos.
Por ejemplo: si yo quiero ponerme en forma, hay millones de cursos y expertos en Youtube pero no conecta igual con mis necesidades una chica de veinte años sin hijos que alguien que haya tenido hijos y sepa las implicaciones físicas de eso.
Por muchos seguidores que tenga, por muy bueno o famoso que sea el curso siempre preferiré a alguien con quien me identifique más.
A la vez hay que tener la humildad de ser capaz de aprender de cualquiera, tenga doce años o tenga cien. Pero la conexión es fundamental. Ejemplos:
Aida, hay muchos coaches pero te prefiero a ti porque has sido científica y me vas a entender.
Aida te he elegido a ti porque tienes hijos y sabes lo que es.
Me ha gustado lo que ofreces porque hiciste un cambio radical de carrera y es lo que quiero hacer yo.
Me gusta tu formas de explicar las cosas, directa, al grano y sin ponerlo todo de color de rosa.
Me identifiqué contigo en una entrevista porque me parece que somos iguales.
Conecté con todo lo que decías en tu artículo, parecía que me hablabas a mi.
Esto son frases que me han dicho las personas. De ahí la importancia de darte a conocer y mostrar tu personalidad.
Tus clientes más leales te quieren a ti, lo que tú haces y cómo lo haces y no es por tu título porque hay muchos, muchos más con ese título pero tú eres tú, por eso no me da miedo la competencia. Los hay muy buenos pero no son yo y siempre habra personas que conecten con mi estilo y mi historia.
Todo esto es especialmente importante si quieres que te compren o te contraten. De todo esto y mucho más hablamos en mi programa de mentoría para emprendedores online.
Siempre con mi apoyo directo para resolver todas tus dudas.