| Hola, Friend
¿Cómo estás? Espero que el cambio de fase haya sido un alivio para ti, eso sí, sigamos teniendo precaución y respetando las normas, que nadie quiere volver atrás...
Si no estás en España espero que estés bien, tú también.
Hoy te traigo una reflexión muy importante.
Es algo que puede suponer una gran diferencia en tu vida si, aparte de leerlo, de verdad lo aplicas.
Si quieres avanzar, conseguir lo que te propones, hacer cambios...
(Especialmente si te gustan los desafíos y tienes en mente retos grandes).
Necesitas acostumbrarte a una cosa.
¿Sabes qué es?
La incomodidad.
La incomodidad de pedir ayuda porque tú ya no puedes sola. La incomodidad de no saber cómo acabará todo, de no tener el control. La incomodidad de que no entiendan tus elecciones. La incomodidad de cambiar de estatus y situación. La incomodidad de los cambios.
Estamos muy acostumbrados a la comodidad, a movernos en nuestro entorno, hacer siempre lo mismo, estar con las misma personas. Todo lo que nos hace sentirnos seguros, estables.
Y entonces cuando queremos cambiar algo, ese salto supone una incomodidad que nos paraliza. No queremos perder lo que tenemos.
Me lo dicen muchas lectoras y clientes:
No quiero perder lo que ya tengo. No quiero perder mi estatus. No sé qué dirá mi familia. No sé si me va a salir bien...
Y ese desconocimiento, ese miedo, esas dudas te hacen sentir incómoda, mal.
No estás acostumbrada a esa sensación de incertidumbre. A estar incómoda. Y, además, asocias la incomodidad con algo negativo.
Pero...
¿Y si no fuera negativo?
¿Y si fuera un primer paso hacia lo que quieres?
¿Y si asumieras que estar incómoda es algo que sí o sí va a estar ahí al principio y que es buena señal?
¿Y si pensaras: ¡bien, me siento incómoda, eso es buena señal!?
Necesitas familiarizarte con estar incómoda (o incómodo).
Estar cómoda estando incómoda.
Y no tiene que gustarte. No tienes que buscarlo. Sólo acostumbrarte a ver la incomodidad como un primer paso hacia el cambio que quieres. Es una buena señal.
Incómoda de apuntarte a tu primera clase y que te miren o critiquen o te sientas como una patata.
Incómoda de explicar por qué haces un cambio radical.
Incómoda porque no te acostumbras TODAVÍA a tu nueva vida.
Incómoda/o de ser la rara, el raro, la loca...
Incómoda. Incómodo. Y feliz. Porque te has atrevido.
Hace poco leí algo que lo explicaba muy bien, si quiere hacer algo diferente vas a pasar dos fases: la fase friki y la fase del éxito.
La fase del friki o rarito es el inicio, la parte INCÓMODA, cuando te dicen: mira la loca esa que ha dejado la ciencia después de una carrera, un doctorado y un postdoctorado para poner un negocio online de coaching que no sé ni lo que es. Está fatal esa chica.
Mira el loco ese todo el día en su sótano trabajando con ordenadores.
Esa es la fase friki, cuando te consideran loca, rara...
Luego llega la otra...
Esa loca resulta que tiene un negocio online desde 2010 que ayuda a mucha gente y vive de su negocio, qué valiente fue, oye, se veía venir, la coach de la profesional esta.
Ese loco del sótano era Mark Zuckerberg, el dueño de Facebook.
Si pasas la fase de incomodidad, de ser la rarita, la loca, el tarado, es muy probable que llegues a la otra. A la que quieres.
No es fácil. Ojalá fuera más fácil. Es incómodo.
Acostúmbrate a la incomodidad.
Espero que te ayude mucho esta reflexión.
Un abrazo, | 
