¿Cómo va la semana? Yo tranquilita, con mis hijos ya de vacaciones en casa, así que con el ritmo al mínimo.
Además he tenido la suerte de que esta semana la tengo bastante libre de doblaje y audiolibros, así que perfecto, todo me ha cuadrado y no veas cómo se agradece : )
No es fácil compaginar mi negocio con el doblaje, los audiolibros y la familia, ¡se requiere mucha organización!
Lo descubrí hace poco, así de improviso, ya sabes una de estas reflexiones que de vez en cuando se me vienen a la cabeza.
Y es que estaba escuchando música mientras trabajaba (no siempre lo hago, porque a veces me distrae más que concentrarme. Me pongo a cantar como una loca y no avanzo nada claro, jajaja).
La cuestión es que estaba escuchando música y pensando en los buenos momentos que me recordaban ciertas canciones y en lo nostálgica que a veces nos ponemos recordando momentos...
Como si hubieran sido lo mejor de la vida y ya no pudieras tener algo igual nunca más...
¿Sabes a qué me refiero, verdad?
La cuestión es que, al darme cuenta de esa sensación de felicidad pasada tan intensa que me provocan algunas canciones, estuve pensando qué era exactamente lo que me hacía sentir tan feliz al recordar ese momento que me traía a la mente la canción.
¿Qué estaba haciendo? O con quién estaba. ¿Qué me hacía feliz o me hace feliz ahora al recordarlo?
Y lo más importante:
¿Cómo puedo volver a sentirlo AHORA, qué necesito?
Lo que quiero que hagas es que cuando escuches una canción que te haga sentir feliz o que te recuerde algo y que pienses qué te recuerda y por qué eso te hace feliz.
Para que así puedas seguir aplicándolo en tu vida actual.
En mi caso, por ejemplo, llegué a la conclusión de: bailar más, estar con amigos, estar en la naturaleza, viajar y hacer excursiones, el sol y el buen tiempo (interesante, teniendo en cuenta que me encanta el frío).
¿A qué conclusiones llegas tú, Friend? ¡Ponte música y apunta!