Gracias porque sí. Y este gracias puede parecer poco. Las palabras se gastan cuando se repiten mecánicamente, si es así se llega a creer que se sabe lo que tienen dentro. Hoy nuestro gracias a José Jiménez Lozano quisiera tener la frescura original que debió tener la palabra la primera vez que se usó: GRACIAS. ¿Quién la dijo por primera vez? No lo sabemos, pero lo que sí podemos adivinar es que él que la pronunció al principio se sentía lleno de lo otro que se le daba. Recibió algo que no esperaba y que pasaba a ser de él. Pues bien un gracias así es el que Ediciones Encuentro quiere dar al escritor.
Jiménez Lozano comenzó a colaborar con nosotros en 2006 con un largo prólogo a los cuentos de Flannery O’Connor; fue gracias al impulso y las gestiones que Carmina Salgado realizó para que Guadalupe Arbona fuese a conocerlo. En estas primeras páginas que anteceden a la obra de la escritora norteamericana, el escritor señaló su irreductible esperanza en un acontecimiento que agranda la vida y nos permite descubrir su maravilla cotidiana: “lo que sigue aconteciendo en la vida de los seres humanos sigue siendo rico y prodigioso”. Por eso el no dejaba de escribir para estimular ese prodigio: “quien escribe cuenta lo que acontece, y del modo y manera en que eso pueda ser también un acontecimiento para quien lee”.
Porque creía que seguían ocurriendo cosas dignas de ser contadas, nos regaló ocho volúmenes de ellas. La piel de los tomates, en 2007, nos cuenta la vida de la señora Justa que a orillas de la laguna Estigia sigue amando y cuidando la vida, la más frágil y transparente. En Libro de visitantes, de 2007, nos acercó de la mano de una disponedora al acontecimiento de un niño nacido en Belén. El azul sobrante, de 2009, nos habla de ese azul que aún impregna nuestro mundo, ese azul que sobró de pintar el azul del cielo al principio de los tiempos. Con Un pintor de Alejandría, 2010, celebramos su 80 cumpleaños y a ese propósito convocó a personajes inolvidables: don Absalón, Juan de Salinas, Aurelia Agripina, doña Beatriz Paleóloga… todos ellos protagonistas de la pintura de un fresco en una iglesia castellana. Las llagas y los colores del mundo, 2011, es una jugosa conversación sobre los libros de cuentos del autor. Con Retorno de un Cruzado, de 2013, el escritor vuelve con el relato de Pedro Lodares a los recuerdos terribles de la Guerra Civil. Se llamaba Carolina, de 2016, ganó el premio valores Troa y cuenta la vida que se crea y recrea en torno a la representación de una obra de teatro. La última de las entregas nos lleva a seguir a los búhos, esas aves que representan la sabiduría en nuestra cultura y que tienen una querencia. Animamos a la lectura para saber hacía dónde se dirigen esas aves nocturnas. Es en La querencia de los búhos, de 2019. Pero no es todo, Encuentro prepara ahora la publicación de la primera obra de Jiménez Lozano, el primer ensayo, cuya primera edición es de 1966, es una reflexión titulada Meditación española sobre la libertad religiosa. Digno título para un amante de la libertad. El Padre de los cielos lo habrá recibido ya en una estancia preparada para él y en la que quepan todas sus historias. Gracias José Jiménez Lozano. En mi nombre y en el de todo el equipo de Ediciones Encuentro.
Guadalupe Arbona Directora de la colección Literaria de Ediciones Encuentro |
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