"- ¿Pedro, me amas? Simón sentía que esa mirada le acercaba a todo y a la vez le hacía libre de todo. Simón comprendió, turbado, que en ese momento no se jugaba solo su destino, sino también el de su mujer, el de su familia, el de Andrés, el de su casa y su barca, el de los que trabajaban con él". Mauro Lepori describe en Simón, llamado Pedro la experiencia de la mirada de Jesús, respondiendo a esa pregunta clave dirigida a cada uno de nosotros. |