Subject: ¿Y si tu casa te agota más que el calor de la calle?

Esta semana, en Valencia, el termómetro marcó 39 grados a la sombra.


Y lo más curioso no fue el calor.


Lo curioso fue el mensaje que recibí de una familia con la que trabajé hace justo un año:


“Es la primera vez que no huimos al centro comercial para no derretirnos.”


No hicieron una obra faraónica.

No instalaron aire nuevo.

No cambiaron toda la casa.


Solo ajustaron lo justo: aislamiento, control de sombras y un sistema sencillo de ventilación.


Y eso cambió todo.


Porque vivir bien en casa no es tener una estufa potente o un aire acondicionado que no parezca un reactor nuclear.


Es no depender de eso.

Es que el cuerpo esté bien, sin notarlo. Que duerma. Que se recupere. Que funcione.


Cuando hablo de confort, me refiero a lo que no se ve, pero se siente:


– la temperatura estable

– la humedad justa

– un aire que respiras sin darte cuenta

– y cero sobresaltos en la factura.


Eso se llama confort real.

Y sí, se puede conseguir sin derrochar energía, sin vivir pendiente del botón de encendido.


¿Te imaginas vivir en una casa así?


La buena noticia: puedes empezar ahora mismo, sin reformas.


Con un diagnóstico. Con una hoja de ruta.


Con alguien que vea lo que tú no ves porque vives dentro del problema.


¿Quieres que lo miremos juntos?


Pídeme una consultoría previa y revisamos tu caso.

Es un servicio sencillo, pero potente: evaluamos tu confort real, y te doy recomendaciones claras, sin tecnicismos ni rodeos.


Ya sabes, contrata a un consultor en confort (del que se nota, pero no se ve)


PD: Si este email te ha hecho pensar, imagina lo que puede pasar si te lo miro por dentro. Aquí puedes reservar tu consultoría


P.D.2: Si te ha gustado, reenvíalo a alguien que viva con la manta encima en agosto o con calcetines en junio.

Y si le gusta, que se suscriba aquí → Luiscoanda.com