La semana pasada me llamó una persona que necesitaba un proyecto para pedir una subvención.

Sin proyecto, no había subvención. Hasta ahí, todo relativamente normal.

Se trataba de la rehabilitación de un edificio de más de 600 m².

Y lo único que le preocupaba era el precio y el plazo.

👉 Ojo al dato: hasta que fué a informarse de la subvencion ni siquiera pensaba presentarlo en el ayuntamiento. 

Solo lo necesitaba porque le habían dicho que si "no project, no money".

Intenté explicarle que un proyecto no es un simple trámite, sino una oportunidad de oro para maximizar su inversión.

Pero no hubo manera.

Tenía su distribución hecha en una hoja de cuadros y de ahí no lo sacabas ni con grúa.

Aun así, le pedí documentación para analizarla, plantear opciones y ofrecerle un presupuesto realista.

La reunión quedó programada.

Hasta que ayer recibo este mensaje:

"Buenos días, Luis. Hemos conseguido un arquitecto que nos hace el proyecto en dos días, así que lo haremos con él porque nos urge tenerlo cuanto antes. Muchas gracias por todo. Un saludo."

⏳ ¿Un proyecto serio en DOS DÍAS para un edificio de más de 600 m²?

Solo me quedó agradecerle el aviso, ahorrarme el análisis y desearle mucha suerte.

Porque sinceramente, la va a necesitar.

No sé cuánto le van a cobrar, pero lo que sí sé es que esta decisión le puede salir muy, muy cara.

💡 Un buen proyecto no solo te permite acceder a subvenciones. 

También te ayuda a optimizar el espacio, mejorar la eficiencia energética, reducir costes a largo plazo y evitar sustos (de los gordos) en la obra.

Si necesitas un arquitecto que haga las cosas bien, con criterio y pensando en tu inversión, hablemos. 

Porque a mí no me gusta vender humo, pero sí proyectos que marquen la diferencia. 😉

Algunos ya lo habreis visto, pero para los que no os enlazo el video donde hablamos de un proyecto redactado con criterio.

🎥 Dormimos en una #Passivhaus en invierno ❄️ ¡Experiencia REAL!