Mucha gente me escribe con la misma frase:
“Te cuento rápido mi idea y me pasas un presupuesto”.
Y no.
Así no trabajo.
Porque así no se construye nada que funcione.
No importa si me conoces, si te han hablado de mí o si vienes con todo el entusiasmo del mundo.
Yo empiezo por otro sitio.
Empiezo por escucharte de verdad.
Por entender qué te preocupa (aunque tú aún no lo tengas claro).
Por detectar errores que ni sabías que estaban ahí.
Y por anticipar problemas antes de que te exploten en la cara.
Esto no es una charla para quedar bien.
Es una CONSULTORÍA en mayúsculas.
Donde te digo lo que necesitas, no lo que te gustaría oír.
Solo después de eso, si tiene sentido, trabajaremos juntos.
Y si no, al menos te llevarás claridad, foco y dirección.
De eso va esto.
La pregunta es:
¿Quieres empezar a lo loco o quieres hacer las cosas bien?
Si eres de los segundos, puedes reservar tu consultoría aquí: