¿Te lo cuento claro? Hay dos formas de vivir después de los 50.

Una es la que escucho últimamente en demasiadas conversaciones: resignación, desánimo, ganas de que llegue la jubilación como quien espera que le abran la verja del zoo para escapar.

La otra es la que yo elijo cada día. Y no es porque me sobre energía (que no), ni porque la vida me lo haya puesto fácil (que tampoco). Es porque tengo claro que estar vivo no es una cuestión de edad. Es de actitud.

Esta semana, mientras unos estiran subsidios y otros suspiran por dejar de trabajar, yo me moví a Avilés para preparar un evento que me hace especial ilusión: la conferencia Passivhaus en el Niemeyer, en noviembre.

Y mañana me voy a Madrid. ¿Vacaciones? Qué va. Un evento que organizan tres emprendedores que podrían estar ya jubilados y viviendo del sistema… pero prefieren seguir aportando. Porque siguen VIVOS. Así, con mayúsculas.

Y créeme, los que vamos detrás aprendemos más de su ejemplo que de cualquier curso.

Por eso digo: si estás esperando a que "te toque", lo llevas claro.

A mí no me alcanza la vida para todas las ideas que tengo. Y eso, lejos de agobiarme, me recuerda que aún estoy en el juego. Que mi mejor proyecto está por llegar. Que cualquier tiempo pasado, fue solo eso: pasado.

Así que, tengas 20, 50 o 70, mi consejo es este: evoluciona. Muévete. Mejora cada día como padre, amigo, persona, profesional.

Y si no sabes por dónde empezar… tengo algo que puede ayudarte.

He vuelto a poner a la venta mis tres primeras masterclass. Sí, esas que ya han transformado el enfoque de muchos. Y si las compras ahora, te llevas GRATIS la cuarta, que está a punto de salir. Tema: ventilación. Más útil de lo que crees.

Eso sí: esta oferta no estará disponible siempre. En nada desaparece. Y cuando lo haga, lo nuevo costará más y no incluirá lo anterior.

Así que decide. O te sumas al grupo de los que aún tienen hambre. O te vas al banco a contar los días para que te jubilen.

Tu energía, tu decisión.

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