Este año, en Avilés, la liamos bien.
Quedan poquitos días para la Conferencia Passivhaus, y sí… ya te lo he dicho unas cuantas veces. Pero hoy te lo repito por algo más importante que las ponencias.
Te lo digo por la espicha.
Porque este año, además de ser parte del comité organizador, la conferencia se celebra en mi ciudad natal. Y eso me pone feliz como un niño al que le invitan a un cumpleaños con tarta doble.
Sí, va a ser un evento con nivel técnico de altura (como siempre).
Pero esta vez nos hemos propuesto que se coma y se beba como Dios manda.
Porque estamos en Asturias.
Y aquí la gastronomía no es un complemento, es una religión.
Así que hemos tirado por la calle del medio.
Y adiós a la clásica cena de networking.
¿Sabes a cuál me refiero?
Esa en la que no se oye nada, la comida es regulera y el único networking real es cuando alguien se va al baño y te hace un gesto para salir a fumar.
Pues eso ya no.
Este año haremos una espicha.
¿Que qué es eso?
Es un sarao asturiano en un llagar, con sidra como gasolina social y comida que no necesita presentación. Todo de pie. Para que te muevas, hables, rías y brindes con quien te dé la gana.
Y no lo haremos en cualquier sitio.
Será en Villaviciosa. La cuna de la sidra asturiana.
Imagina:
Ponencias técnicas por la mañana.
Espicha salvaje por la noche.
Sidra, comida buena y gente con ganas de pasarlo bien.
Solo te digo una cosa:
Las entradas vuelan y las plazas para la espicha son limitadas.
Si te despistas, igual vienes a la conferencia, tomas notas como un campeón…
pero te pierdes la farra de verdad.
🎯 Compra tu entrada antes de que se acaben.
Porque si no estás en la espicha, te vas a arrepentir.