Subject: ¿Es cierto?

Estos días se ha hablado mucho del estudio del MIT sobre el uso de la inteligencia artificial. Pero pocos han rascado más allá del titular.


En el estudio, tres grupos de personas participaron en un reto simple: redactar tres textos breves en tres sesiones diferentes, sobre temas predefinidos.


Al primer grupo se le prohibió usar tecnología. Ni pantallas, ni internet. Solo su cabeza.


El segundo pudo apoyarse en Google.


El tercero, en ChatGPT.


Mientras escribían, se monitorizó su actividad cerebral. Y algunas conclusiones invitan a reflexionar… pero lo que vino después fue aún más inquietante.


¿Qué pasó?


Las personas del grupo “sin tecnología” escribieron textos muy distintos entre sí. Originales. Personales. Con estilo propio.


En cambio, los que usaron IA generaron textos tremendamente parecidos entre sí. Homogéneos. Predecibles.


Y lo más llamativo:

👉 El 83% de quienes usaron ChatGPT no pudieron recordar frases de sus propios textos minutos después de entregarlos.


Como si no los hubieran escrito. Como si no sintieran que eran suyos.


En contraste, casi todos los del grupo "manual" recordaban frases con exactitud. Las habían pensado. Las habían vivido.


Conclusión: el uso pasivo de IA convierte al usuario en un ensamblador. En alguien que repite sin comprender. Que redacta sin apropiarse de sus ideas.


Pero lo más revelador fue la cuarta sesión.


Los papeles se invirtieron.


Los que habían usado siempre IA debían escribir solos.

Y los que habían trabajado sin apoyo digital, esta vez sí podían usar ChatGPT.


¿Resultado?


Muchos del grupo “IA” no sabían por dónde empezar.


Por contra los que primero habían usado su cabeza, enriquecieron sus textos, sin perder la esencia.


El estudio fue claro: cuando reproducimos sugerencias de la IA sin filtrar ni pensar, no solo dejamos de hacerlas nuestras… también corremos el riesgo de interiorizar ideas superficiales, sesgadas o distorsionadas.


Y eso nos hace más manipulables. Más fácilmente dirigidos por cualquier interés externo.


Nada de esto debería sorprendernos. Pero sí hacernos pensar.


Por eso, en mis masterclasses siempre incluyo una sesión de soporte en vivo.


Porque ahí, al interactuar en directo, se aterrizan los conceptos.

Porque entre humanos surgen las preguntas que cambian perspectivas.

Y porque si no lo piensas tú, alguien más pensará por ti.


PD – Hasta el 30 de junio aún puedes comprar la masterclass sobre ventilación y acceder a la sesión de soporte en vivo. Una hora que puede cambiar tu forma de entender este concepto.


PD2 – Si la compras después del día 30, o no puedes estar en directo, la recibirás grabada unos días después. No es lo mismo, pero sigue teniendo mucho valor.


PD3 – Si por contra crees que ChatGPT te va a contar todo lo que necesitas saber sobre ventilación, no pasa nada. Continúa atrofiando tu cerebro mientras otros avanzan. Se llama selección natural.


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