Subject: El fuego no se apaga con agua. Se apaga con fuego.

Este agosto, el monte ardía como una cerilla empapada en gasolina.


Pueblos enteros confinados.


Otros evacuados a toda prisa.


Helicópteros, excavadoras, hidroaviones.


Cientos de profesionales jugándose el pellejo para frenar lo que, por desgracia, no se puede frenar.


Porque cuando un fuego es así de salvaje… no se apaga.


Se controla.

Se desvía.

Se retrasa.



¿Y sabes cómo lo hacen? Quemando.


Sí, has leído bien: para frenar el fuego, hay que prender fuego.


Quemar zonas estratégicas, antes de que llegue el gran incendio.


Para que, cuando llegue, no tenga nada que devorar.


La unica forma de evitar los fueggos es qeu no se produzcan, y para ello hay que trabajar en prevencion en invierno.


La prevención no es bonita.


No sale en las noticias.


Pero es lo único que funciona.


Y no me digas por qué, pero esto me suena.


Porque pasa exactamente lo mismo en las obras.


Nadie quiere prevenir. Todos quieren apagar fuegos.


Hasta que los fuegos ya no se pueden apagar.


Y entonces vienen las humedades.


Problemas que son carísimos, lentos y molestos de solucionar.


Dolores de cabeza que no te los quita ni el ibuprofeno más fuerte de la farmacia.

Todo porque a alguien se le olvidó —o le dio pereza— prevenir.


Y aquí va la parte que te interesa:


🧠 Por menos de lo que te vas a gastar en calmantes… puedes aprender a evitarlo.


Tengo una masterclass sobre humedades.


Cuesta 80 €.


Y solo estará disponible unos días más.


Después la cierro.


Y si vuelve, será a un precio más alto.


Así que si estás dudando, hazte un favor: no apagues este fuego cuando ya lo tengas encima.


Haz clic aquí y accede ahora.


PD1. ¿Crees que es cara? Espera a que veas lo que cuesta arreglar una fachada entera.


PD2. Solo con evitar una metida de pata, la masterclass se te habrá pagado 10 veces.


PD3. Si conoces a alguien que pueda necesitarla, reenvíale este email y que se suscriba.


No lo sabrá hasta que ya sea tarde.