Hace unos días leí un artículo que hablaba de cómo una vivienda Passivhaus puede reducir el consumoenergético hasta un 85%.
Me sacó una sonrisa, porque eso ya lo había vivido en carne propia.
Hace unos meses, en una ponencia, compartí algo muy personal: el análisis real de los costes energéticos de mi casa actual —una Passivhaus— frente a mi antigua vivienda, una de esas construidas en los años 80, sin apenas aislamiento y con ventanas que temblaban con cada ráfaga de viento.
Es la casa de Zamora en la que hablan en el artículo
Los datos eran tan claros que casi daban vergüenza ajena.
No solo por la diferencia en el consumo.
Sino por todo lo que implica vivir en un hogar que cuida de ti, y no al revés.
No tener que mirar la factura cada mes con miedo.
No tener que dormir con calcetines en pleno noviembre.
No tener que elegir entre confort y conciencia ecológica.
No tener que sufrir tu propia casa.
Lo curioso es que cuando lo cuentas así, siempre hay alguien que dice:
“Ya, pero eso será carísimo”,
“Eso no es para mí”,
“Eso aquí no se puede”.
Lo entiendo.
Yo también lo pensé.
Pero si algo he aprendido, es que los prejuicios se vencen con datos… y con experiencias reales.
Y por eso estoy pensando en preparar un vídeo contando todo eso:
Si te interesa que lo prepare, no tienes mas que decirlo.
Si veo que hay interés lo prepararé.
PD-Y si quieres ir un paso más allá, en mi masterclass Cómo diseñar viviendas eficientes desde el primer trazo. te cuento cómo diferenciar una vivienda eficiente de una que no lo es, tomando decisiones correctas desde el principio.
PD2-Recuera que solo tienes hast amañana para comprarla a un precio reducido de 40€. El Lunes te costará mas.
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PD3- Se me olvidaba. La noticia que originó el mensaje, podeis leerla al completo haciendo clic aqui